domingo, 17 de febrero de 2013

Humor en 1880

Media humanidad se ríe de la otra media. Con frecuencia, a través de la ironía se retrata la visión del mundo de cada grupo social en cada época. 
Hay en nuestra literatura numerosas muestras de una poesía ingeniosa, que juega con lo cotidiano, que tiene una finalidad intencionadamente intrascendente y burlona, y que adopta la forma prosaica que le confieren los elementos rítmicos y musicales machacones, juguetones y repetitivos. Además, es una poesía que se alía con recursos expresivos como el equívoco, el doble sentido, la hipérbole, la polisemia y tantos otros que potencian su carácter burlesco. 
He aquí unas muestras, recogidas en los Almanaques de finales del siglo XIX.
I
- ¿No llegó Juan a heredar?
¿Pues cómo está en la indigencia?
- Se comió toda la herencia.
- ¿Heredó mucho?
- Un pajar.
   
II
Dos cosas que no hallarás:
un alacrán sin veneno
y un necio que juzgue bueno
lo que escriben los demás.

III
Ciega está por mí Maria,
Blas el médico exclamó;
y el bellaco no mentía
porque operándola un día
los dos ojos la sacó.

IV
Tiene una voz que enajena
don Lucio, sonora, buena;
mas con perdón de sus canas,
me admira que voz tan llena
diga palabras tan vanas.

                        En Madrid , 1880.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Para cuando el próximo esperpento?.

Y aprovecho para preguntar:
¿está bien puesto el punto en la frase anterior? ¿o debe estar antes de la interrogación?

Gracias por tus aportes.