sábado, 19 de mayo de 2012

El milagro de la vida: cernícalos urbanos

En el lugar más imprevisible despierta la vida. La jardinera de una terraza de un piso 13, en una torre urbana, es el improvisado hogar de esta familia de cernícalos. 
(Fotos de MarioTrigueros)

Huevos de cernícalo

La madre vigila sus huevos, desde el cielo.
Espera a su lado, vigilante.


Nace un pollito

Rompe el huevo el segundo pollito

Ya solo falta uno

La madre está pendiente de sus crías

Por fin  las tres bolitas de pelusa

La madre no se separa de ellos en la celebración de su 2º día.

Otea el horizonte en busca de comida

Ya muy crecidos. Han cumplido 10 días.


QUE SUERTE HE TENIDO DE NACER
(Poema de Alberto Cortez)

Qué suerte, qué suerte he tenido de nacer 
para estrechar la mano de un amigo
y poder asistir como testigo
al milagro de cada amanecer.


Qué suerte he tenido de nacer 
para tener la opción de la balanza,
sopesar la derrota y la esperanza
con la gloria y el miedo de caer.


Qué suerte he tenido de nacer
para entender que el honesto y el perverso
son dueños por igual del universo,
aunque tengan distinto parecer.


Qué suerte he tenido de nacer
para callar cuando habla el que más sabe,
aprender a escuchar, esa es la clave
si se tiene intenciones de saber.


Qué suerte he tenido de nacer
y lo digo sin falsos triunfalismos,
la victoria total, la de sí mismo,
se concreta en el saber y en el no ser.


Qué suerte he tenido de nacer
para cantarle a la gente y a la rosa y al perro
y al amor y a cualquier cosa
que pueda el sentimiento recoger.


Qué suerte he tenido de nacer
para tener acceso a la fortuna
de ser río en lugar de ser laguna, 
de ser lluvia en lugar de ver llover.


Qué suerte he tenido de nacer
para comer a conciencia la manzana
si el miedo  ancestral a la sotana
o a la venganza final de Lucifer.


Sí, qué suerte he tenido de nacer,
pero sé, bien que sé, que algún día también me moriré.
Si ahora vivo contento con mi suerte,
sabe Dios qué pensaré cuando mi muerte,
cual será en la agonía mi balance.
No lo sé,
nunca estuve en ese trance
pero sé, bien que sé, que en el viaje final escucharé
saludando a mi adiós y otra mañana
y otra voz que como yo, con otro acento,
cantará a los cuatro vientos:


Qué suerte,
qué suerte he tenido de nacer

Para escuchar el poema recitado en la voz de Francisco Stanley, pinchar en el enlace:

http://www.poesiaselecta.com/audio_quesuertehetenido.mp3




miércoles, 16 de mayo de 2012

Carlos Fuentes

Con mi reconocimiento a Carlos Fuentes y a toda su obra literaria, recojo en este apartado tres enlaces en los que se pueden leer sendos relatos cortos:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/fuentes/la_muneca_reina.htm
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/fuentes/invento.htm
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/fuentes/chac.htm


11 de junio de 2012. Homenaje a Carlos Fuentes en la sede central del Instituto Cervantes
En la sede central del Cervantes se celebró un emotivo homenaje al recientemente fallecido escritor mexicano Carlos Fuentes, patrono del Instituto desde su fundación. Participaron el director del Instituto, Víctor García de la Concha, y los escritores Juan Goytisolo, José Manuel Caballero Bonald y Julio Ortega.



lunes, 14 de mayo de 2012

Antonio Beneyto

PRESENCIA DE LA ESTÉTICA POSTISTA EN SUS MINIRRELATOS DE 1974 .

Ha sido un sorprendente descubrimiento reencontrarme con el libro de Antonio BeneytoAlgunos niños empleos y desempleos de Alcebate (Palabra menor, editorial Lumen, 1974), un libro compuesto por 44 relatos cortos, lo que actualmente se denominan “microrrelatos”. Un pionero, como así lo fue también Ana Mª Matute con Los niños tontos, ambos libros de la década de los 70, escasamente valorados y olvidados en los estantes de las bibliotecas privadas. Ambos, además, con títulos que confunden porque hacen referencia a los niños, aunque en absoluto sean libros para niños sino sobre niños. Ya desde el propio título se aprecia el carácter lúdico que el escritor aplica con esa ruptura de la puntuación y  la propia fragmentación y distorsión del sentido.
Son catorce microrrelatos cuyos protagonistas son extraños niños, diez en los que se desarrollan otros tantos curiosos empleos, y diecinueve relativos a desempleos. Todos ellos con un extraordinario dominio de la imaginación, que desplaza todo aquello que tenga una ligera semejanza con la realidad cotidiana. La realidad queda distorsionada, en un magnífico ejercicio de subjetividad que planea sobre el desarrollo de estos relatos cortos, cuya brevedad es un acierto constructivo que acelera el desenlace y multiplica la sorpresa.
Seguir leyendo en 

domingo, 6 de mayo de 2012

Instrucciones para llorar. Julio Cortázar

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará  con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

viernes, 4 de mayo de 2012

ESPERPENTOS DIARIOS. 7. Educación

Si sigo sin poder controlar que la boca se me abra de par en par, y no precisamente por aburrimiento, voy a acabar teniendo problemas, porque la mandíbula se me va a descoyuntar. Desde esta tarde, durante horas,   no ha vuelto a su posición de relax. No sé si es que soy rara o es que esta sociedad ha perdido todo aquello relacionado con  el concepto de "educación", "respeto", "cortesía", "saber estar"... y así podría seguir hasta dinamitar el diccionario. Lo cierto es que no entiendo nada.
Esta tarde he asistido a un acto académico en la universidad, un acto presidido por el Vicerrector de la Universidad correspondiente, el Decano de la Facultad en cuestión, el Director de..., la Vicerrectora de...., todos ellos altos representantes de la cultura española, cuya función era entregar diplomas para la graduación de una promoción de alumnos de eso que denominan "Universidad de mayores" porque son alumnos cuyo único requisito es tener más de 50 años. Y son alumnos entregados, interesados por las materias que descubren, responsables, educados y libres en su elección, ¡¡una joya, vamos!!, en la época en la que los profesores nos enfrentamos en las aulas a hordas de estorninos incultos y apáticos, pero cargados de leyes y prepotencia.
Bueno, pues el acto en cuestión tenía como curiosidad que los mayores recogían su título y se graduaban, y los jóvenes eran los acompañantes. En alguna ocasión me ha conmovido como los nietos decían, "abuelo, enseña tu título", y gozosos les hacían fotos sin parar, el mundo al revés, los nietos a los abuelos y los hijos a los padres, y todo en medio de un cálido y respetuoso ambiente. Pero todo se ha ido degradando año tras año. En el acto de hoy, había papás y mamás que reían las gracias de sus niños gritones que corrían escaleras arriba, escaleras abajo, mientras el Rector de la Universidad pronunciaba su discurso e intentaba que los receptores del mismo lo oyeran. Se ve que algunos papaítos no entendían bien cuál es la esencia de un acto académico. Y no vamos entrar en su aspecto, absolutamente inapropiado por cierto, el del más llamativo por ejemplo, que parecía un facineroso por su corte de pelo con patillas negras incluidas, su atuendo de camiseta a rayas modelo "Abeja Maya", más adecuado para un lugar de playa que para un Salón de Grados universitario. Tampoco vamos a  describir su invasión del espacio del pasillo y primera fila, cámara de fotos en una mano, niña productora de ruidos en la otra mano, con los correspondientes gritos y carreras arriba y abajo. Tampoco comentaremos su infantil atrevimiento que le ha llevado a enfrentarse verbalmente y en tono fuerte con una de las alumnas, mayor, a la que tapaba inexorablemente la posibilidad de ver y fotografiar a sus compañeros de promoción. Y tampoco vamos a detallar el sonido chirriante y hortera de los móviles de estos hijos y nietos acompañantes que desafinaban en la sala. 
En resumidas cuentas, ha sido ¡¡impresionante!! el aguante de los "mayores", de las "autoridades universitarias" e incluso del público en general, que no podían comprender qué ocurría con esta generación de padres que no conocen el sentido del término "educar". Claro, no pueden conocerlo para aplicarlo a su camada porque ellos mismos carecen del conocimiento del término.
Y yo me pregunto, ¿qué harán los pobres maestros primero y los profesores de los institutos después, cuando estas generaciones de niños sin padres-correctores-de-comportamientos-sociales lleguen a las aulas? No me lo puedo imaginar. Los pusilánimes se hundirán y se deprimirán y los violentos sacarán su prepotencia a diario. ¡¡¡Qué lástima!!!  ¡Cuánto van a padecer estos vocacionales dedicados a la enseñanza cuando tengan que enfrentarse a estas hordas de estorninos! y sin ningún apoyo ni reconocimiento social.