lunes, 9 de mayo de 2016

Cita con la música

"Disfruta de la Música Clásica y Cinematográfica"
Seis meses (del 21 de octubre al 4 de mayo de 2016) ha durado el curso que lleva el nombre con el que se abre este resumen. Impartido por la profesora de Música Dª Carmen Paíno, jubilada de su función docente, que sigue acercando generosamente la música al oyente, en el salón de actos de la Diputación.
El importe de la matrícula del curso, símbolo de solidaridad, va destinada a la Sociedad de Inmigrantes de Albacete, para subsaharianos residentes en Albacete, con familias en África. 
Fueron entrañables las palabras que el representante de este grupo de inmigrantes dedicó a Carmen el día de la clausura del curso. Habló en nombre de muchas personas que hoy no podían estar, "están tan lejos..." -dijo-. Le agradeció su ayuda en el momento preciso, cuando más lo necesitaban. Recordando a Ulises cuando anduvo perdido hasta conseguir volver a Ítaca, su patria, con todo su sentimiento manifestó que él también deseaba esta vuelta: "cuando arribes a Ítaca, mayor, con tanta experiencia, no veas que Ítaca te ha engañado"
Agradeció que Carmen pusiera a disposición sus conocimientos y su experiencia a cambio de ningún lucro personal, hecho ante el cual él personalmente se sentía impactado. Terminó con un bello colofón: "Gracias. Todo lo que se hace con amor nunca pasa porque el amor es sincero y nunca pasa.
De la mano de la profesora, partiendo de la especificación de términos como parámetros del sonido, melodías, forma musical, movimiento, sinfonía, etc. fuimos recorriendo la Historia de la Música: desde Grecia, Edad Media (gregoriano, juglares, nacimiento de la polifonía,  trovadores...), Renacimiento, Barroco (Bach, Häendel...), Clasicismo (Mozart, Beethoven...), Romanticismo (Chopin, Schubert, Liszt, Brahms, Mahler, Verdi, Wagner...), con audiovisuales de fragmentos de sus obras más relevantes, explicando aquellos elementos musicales que ayudan a comprender la música y a aumentar el placer de escuchar lo que antes pasaba desapercibido.  
Las seis últimas sesiones del curso las dedicó a la Música en el Cine, centrándose en el poder expresivo de la música para acompañar las imágenes y la utilización que, de este Arte, hacen los grandes compositores de las bandas sonoras, con la utilización de códigos y patrones para determinados momentos de la película. Ilustra el recorrido con impresionantes escenas de famosas películas, reconocidas por todos los oyentes pero entendiendo ahora la escena, con la reflexión musical, en una nueva dimensión.
Escenas de Lo que el viento se llevó, Casablanca, Cantando bajo la lluvia, Desayuno con diamantes, El puente sobre el río Kwai, Doctor Zhivago, Una odisea en el espacio, Carros de fuego, West Side Story, Memorias de África, etc. Y concluye con unas sesiones en las que disfrutamos con la música de las películas del oeste y la de las películas de terror.


Un estupendo curso, en el que se ha tenido en cuenta el precepto de Horacio en su Arte poética, que se resume en dos palabras: aprender y deleitar.
Gracias Carmen.

jueves, 5 de mayo de 2016

Nell Leyshon. Del color de la leche

La amarga voz narrativa, la de una campesina de quince años, cuyo cabello es del color de la leche, padece cierto defecto en una pierna y soporta la violencia de un padre que solo quiere hijos varones para trabajar el campo, golpea la conciencia del lector. 
Se trata de un relato en primera persona: "este es mi libro y estoy escribiéndolo con mi propia mano. en este año del señor de mil ochocientos treinta y uno he llegado a la edad de quince años y estoy sentada al lado de mi ventana y veo muchas cosas". Nos describe su aspecto, "no soy muy alta y mi pelo es del color de la leche", nos informa de su nombre, "me llamo mary", de su aprendizaje, "he aprendido a deletrear mi nombre. eme. a. erre. i griega. así es como se escribe" (p.15). "Quiero contarte lo que ha pasado". Y sabemos que es ignorante, "no sé lo que es una sábana", lógica, "no puedo decir lo que no se me ocurre" (p.65), "una sala de estar es donde uno se sienta" (p.57), práctica, "no tiene ropa para cambiarse porque solo tengo un cuerpo donde ponérmela" (p.66), espontánea, responde a la madre cuando le corrige "tienes que hablar menos y trabajar más", "ya lo sé (...) y es verdad que lo sé pero no puedo evitarlo. porque soy como soy. mi lengua es rápida como la lengua del gato cuando se bebe a lametones la leche del cubo" (p. 20). Y es la única que muestra afecto hacia su abuelo, apartado en el cuarto de las manzanas. 
A partir de aquí narra los detalles de su vida cotidiana hasta el momento en el que se descubre el porqué del relato expuesto en este documento. Su historia, que al principio parece anodina, va creciendo cada vez más, al mismo tiempo que crece su amargura, hasta concluir en el desenlace, del que se deriva la razón por la que cuenta la historia de su existencia, repleta de violencia. El autoritarismo del padre, cuenta con la aceptación de la madre, "tu padre te va a decir un par de cosas" (p.20), "ya sabes lo que ha dicho tu padre" (p. 49), "¿quién es el hombre" (p. 32), que guarda silencio frente a los coscorrones, las patadas  y las palizas que él propina a su hija, siempre atenazada por el miedo a las reacciones agresivas de su padre, "no me atrevería, dije yo. padre me arrancaría las tripas para hacerse unos tirantes en cuanto me viera aparecer por ahí" (p. 62). Y lo hace con una espontaneidad e inocencia que nos trae continuamente al presente aquella novela de Cela, La familia de Pascual Duarte, que inauguró en la España de los años cuarenta, la tendencia narrativa denominada Tremendismo.
El contenido es el de una novela testimonial, una vida que implica la brutal descripción de los abusos del entorno familiar y local, soportados por una joven, doblegada físicamente pero que mantiene intactas sus convicciones acerca de la moralidad, de la verdad, del respeto familiar y de la dignidad.
 La autora consigue caracterizar al personaje, una joven de clase baja que no sabe leer ni escribir, ni ha salido nunca de su casa paterna, un ámbito rural de la Inglaterra de 1830, exponiendo la narración desde una perspectiva autobiográfica, la primera persona de quien escribe, literalmente, como una esforzada recién alfabetizada, que acaba de aprender a leer y a escribir y se lanza a la ilusionada aventura de contar: "este es mi libro y estoy escribiéndolo con mi propia mano". De ahí la eliminación de capítulos, a favor de secuencias de distinta extensión, agrupadas en cuatro apartados que coinciden con las cuatro estaciones del año. Comienza el relato en primavera y termina en invierno, con una frialdad tan grande como la de la estación que representa. Añade de nuevo una nueva estación, la primavera, en la que concluye lo que comenzó al principio: "este es mi libro y lo he estado escribiendo con mi propia mano. he deletreado todas sus palabras. he escrito todas sus letras." (p. 171)  
Llama la atención además, en esta chica sin proyectos y sin sueños, su escritura con ausencia de mayúsculas, ausencia de guiones que marquen la alternancia de los diálogos, agilidad en los diálogos que representan la oralidad y mantienen la tensión y, sobre todo, la manifestación de su naturalidad y espontaneidad mediante el uso de su representativo registro lingüístico. 
Parece predestinada a un frío y desangelado futuro, invernal y oscuro como la propia estación en la que escribirá el final de la historia. Junto a sus hermanas juega a declarar cuáles son sus sueños que podrían convertirse en realidad. Todas los expresan excepto ella: "yo me tumbé hacia atrás y apoyé la cabeza en la hierba y el frío me llegó al cuello y me pasó por el pelo", "sabía que tenía sueños, pero no sabía qué era lo que soñaba" (p. 38), que siente el frío hasta en los momentos de ocio y juego.
Es una novela original en cuanto al singular tratamiento del tema, que mantiene una tensión ascendente y el singular registro lingüístico. Un libro con secretos oscuros que contrastan con el color del pelo de la narradora.
Libro del año (2014) por el Gremio de Libreros de Madrid.