martes, 26 de abril de 2016

Javier Marías en la víspera del Día del Libro


Fue estupenda la celebración de La Noche de los Libros en la víspera del Día del Libro, porque pude escuchar en vivo y en directo la conversación de Javier Marías con Antonio Lucas (poeta y redactor de cultura del diario El Mundo), en la Real Casa de Postas, ante una masiva asistencia de público, entre el cual sonreía, cómplice, Arturo Pérez Reverte. 

J. Marías habló sobre el placer de leer, sobre el oficio de escribir, se extrañó ante ese obsoleto interrogante que vuelve de nuevo, "¿para qué sirve la literatura?", "¿la literatura es útil o no?" , recordó el tributo que debemos al Quijote, etc. A través de la lectura aprendemos a entender la complejidad de las relaciones humanas, las sutilezas del mundo, -explicó Marías. "La persona que no ha leído a Proust no sabe muchísimas cosas que sí sabe quien lo ha leído". Puso punto final con el extraño convencimiento de que "nunca se ha leído tanto como ahora", extraño porque contradice la constante queja de que no se lee, y contrapuso las cifras de ventas descomunales de autores actuales frente a las pequeñas cifras de las ediciones de libros de Baroja o Valle Inclán en su época. Estos clásicos se habrían quedado maravillados.    

domingo, 17 de abril de 2016

El juego de los muertos. Eloy Cebrián

El juego de los muertos es la última novela del escritor albaceteño Eloy M.Cebrián, que presentó en la Librería Popular, el 15 de abril, acompañado por Ana Martínez Castillo.
Se trata de un par de hermanas gemelas que, aburridas un día que no tienen colegio, buscan en el desván de la casa de sus abuelos un juego con el que entretenerse. Encuentran un álbum de fotos y juegan a adivinar quien de los retratados está vivo o muerto. 
La trama avanza ágil, a partir de estas curiosas páginas en las que el autor nos introduce en el juego, con la detallada descripción de los retratados y la reacción de las dos niñas ante lo que ven, la decisión de sus respuestas, y la propia reacción de extrañeza de una respecto al juicio de la otra.
A partir de este momento, algo inexplicable y repentino sucede, algo que va más allá de la comprensión humana, de manera que la acción oscila entre la presentación de esa realidad real en la que estaba instalada la cotidianeidad familiar y la irrealidad que está invadiendo sus vidas y que son incapaces de comprender. Surge entonces la sugerencia de la presencia de un mundo sobrenatural que, según avanza la acción, va conquistando más espacio a la realidad y trastocando la vida de todos los personajes, cuya personalidad está muy bien delimitada con una excelente caracterización..
En este punto, el mundo empírico de la medicina -neurología, psiquiatría, etc.- deja paso al mundo de las posesiones demoníacas, justificadas con la confesión de un gran secreto familiar, oculto, que solo conoce el abuelo, y la narración se mueve por espacios ocupados por los médiums y el espiritismo, elementos paranormales que se introducen en esta extraña historia. El miedo, el horror que produce en el lector está muy bien dosificado, de manera que se despierta un gran interés por conocer el desenlace que se toma su tiempo, incluso separando la acción de distintos personajes en distintos espacios en capítulos alternos, que demoran un inquietante desenlace. 
Al miedo, al terror a lo desconocido, se puede añadir la repulsión que producen muchas de las escenas descritas, "la bullente masa de gusanos", "un doliente amasijo" de cuerpos en el río de la muerte, el "chorro de vómito" que alcanza la bandeja de los turrones y se extiende como un "charco inmundo", etc. y la lengua obscena, agresiva  y procaz que caracteriza a uno de los personajes con expresiones como "zorra frígida", "hijos de puta".
El torrente de información que se proporciona al final de la novela, da lugar a imaginativas escenas en cuya descripción se ha entregado el autor sin cortapisas. Y resulta muy interesante la sugerencia de un final abierto en el que el fenómeno queda inexplicado, en el sentido de que no ha sido racionalizado. Solo los personajes que han vivido la experiencia, comprenden el alcance de la misma. El resto de los personajes se conforman con recuperar, o eso les parece, la situación de realidad anterior.
¡¡Enhorabuena!!

lunes, 11 de abril de 2016

I Festival Música Barroca. Albacete

          ¡Enhorabuena, FEMUBA!
El día 10 de abril concluye este Primer Festival de Música Barroca, en el que he de destacar dos características clave: primero el alto nivel de lo presentado en el escenario y segundo la variedad en la selección de instrumentos y la originalidad del enfoque temático de los distintos repertorios.. 
Comenzó el primer día (2 abril) con el concierto  de Fahmi Alqhai y su viola da gamba, instrumento solista, que recupera todos sus recursos en la segunda mitad del siglo XX. Presenta el programa una amplia muestra, desde la música del siglo XVII español, a la música clásica francesa, música popular y música actual, reivindicando las capacidades de dicho instrumento.
El día 6, los protagonistas fueron "Los afectos diversos", conjunto vocal (alto, tenor barítono, bajo y órgano) que ofrece un programa paralelo España-Inglaterra, recorriendo la música religiosa de ambas que acompañaron a Cervantes y Shakespeare durante su vida.
El día 8 Muriel Rochat Rienth nos deleitó con la flauta de pico a la que sacaba notas y tonalidades de todo tipo junto con Andrés Alberto Gómez con su habilidad con el clave. Destaca la elaborada realización del continuo. El clave permite arpegios que, a modo de círculos musicales elevan el espíritu de tal modo que produce una sensación de desplazamiento aereo-espacial.
El día 9 fue el órgano de Lietor con Javier Artigas quien empareja el repertorio con pares de composiciones de música española e italiana. Choca la sobriedad y tenebrismo de la primera frente a la alegría de la segunda. Termina con una pieza potente en la que casi se visualiza la fanfarria militar descrita con esos imponentes sonidos.
Cierra el festival, el día 10,  La Reverencia (soprano, tenor, flauta de pico, tiorba y viola de gamba) con un concierto estelar, dedicado a la cantata de cámara de Haendel.
Lo que menos me ha gustado de este Festival ha sido el cartel. Reproduce una cabellera en la que se alojan los diferentes instrumentos musicales, idea que ya utilizó, recientemente, el ilustrador Bemjamín Lacombe con la cabellera de la reina Maria Antonieta en su Diario.

jueves, 7 de abril de 2016

ESPERPENTOS DIARIOS. 17. Quiero y no puedo

¿Hay alguien que no conozca a una peluquera parlanchina que te habla sin parar mientras te atruena el oído e impide la audición con el ruido del secador en la oreja? No hay manera de entender lo que dice y, después de pedir que repita varias veces, acabas por esbozar una sonrisa tonta como respuesta. A continuación esperas, sufriendo, la consiguiente quemadura en el cuero cabelludo por su experto manejo de la lengua y del secador.
¿Y al dentista que mientras te tiene inmovilizada, con la cabeza desencajada del cuello y la boca abierta de par en par, te hace una pregunta a la que solo puedes responder con un tímido gruñido? Y no lo hace solo una vez sino varias, insistiendo en preguntar aquello que no puedes contestar ni aunque tuvieras cualidades de ventrílocuo.
¿Y al joven que orina en medio de la calle, cuando a primera hora de la mañana te diriges al trabajo y él aún no se ha acostado, y cuando vuelves la cabeza hacia otro lado, avergonzada, pregunta lleno de orgullo por ser tan machote: "Qué pasa, señora"? Y dudas entre pasar de largo o encararte con él.
¿Y al camarero de no más de veinte años que, con un desparpajo inimitable, se dirige a un grupo de mujeres de unos sesenta años con un "Chicas qué queréis" y las maneja a su antojo, "por orden, chicas, pedid por orden" o si considera que han pasado mucho tiempo pensando qué van a pedir, les increpa con determinación, "os decidís ya o qué"? Lo miras, mordiéndote la lengua, no sea que vaya a escupir en tu comida.
¿Y qué decir del mundo judicial? De ese ínclito abogado de la compañía de seguros que pierde de vista el concepto de dignidad y de decencia negando lo obvio, declarando inocente a la aseguradora para que no pague los destrozos que uno de sus asegurados ha causado a la víctima con quien tropezó en su oscuro camino? Conocí a un amigo que tuvo un accidente provocado por un "despistado" que le dio alcance por detrás y lo estampó contra el coche de delante, dando lugar a un siniestro total, de resultas del cual tuvo la "suerte" de perder el coche y la fortuna de no perder la vida. El abogado del seguro de este "despistado", despreciando el atestado de la policía (porque que no estaba en el lugar del suceso tomando puntualmente la grabación de cómo el último coche provocaba tal accidente, grabación con la que probar la verdad de los cargos, para lo que necesitaríamos un agente de tráfico o una cámara en cada metro de carretera, con el ojo vigilante permanentemente puesto en el visor y el dedo  preparado para pulsar el botón de "iniciar la grabación"; pero no olvidemos que luego nos negarían la grabación en función de la Ley de protección de datos) y despreciando también la palabra del perito (profesional de los informes y presumiblemente decente), impugna ambas declaraciones, pone en entredicho sus informes y tiene el valor de proclamar la inocencia del "despistado", para ahorrar el dinero de la aseguradora.
El surrealismo moral se ha perpetuado en nuestra sociedad. Hay muchas cosas que quiero pero no puedo hacer y no es porque me lo impida alguien o tenga alguna limitación física sino porque mi mente, mi conciencia, algo dentro de mí, pone límites y paraliza mis reacciones.
¡¡¡Menos mal!!!