domingo, 20 de noviembre de 2016

ESPERPENTOS DIARIOS. 19. Zapaterías en expansión

Primero fueron las ópticas, después las panaderías, las taperías, los gastro-cafés, más tarde las clínicas dentales y la empresas de telefonía móvil e internet. Hoy, que tanto se habla de "emprendedores", todos han coincidido en emprender negocios de calzados. Desde la puerta de mi casa, en un radio de unos cien -o ciento cincuenta metros, por citar las más alejadas-, acabamos  de estrenar nueve negocios de zapatos, la mitad son zapatos caros, la otra mitad son zapatos de precios más asequibles. Hay zapatos para todos, no sé si hay clientes para todas las tiendas.
Yo no hago mas que mirar a los pies de los paseantes y no veo que todos estrenen a menudo. Recuerdo mi armario de jovencita, con unos cuantos de pares de zapatos -número limitado sin duda- y miro ahora cómo cajas y cajas de zapatos invaden mis armarios inútilmente, y digo inútilmente porque luego voy siempre con los tres modelos que me parecen muy cómodos. El resto espera, pacientemente en sus cajas, a que yo encuentre el evento en el que los saque de su aislamiento. 
Y no soy fetichista, creo que tengo los justos, y esos ya son un número excesivo, me parece; tengo amigas, todas tenemos amigas, que coleccionan zapatos, tantos que su número alcanza con creces los dos ceros.
Seguro que los emprendedores de mi barrio tienen una buena idea, innovadora y original, son capaces de gestionarla, tienen seguridad en sus previsiones de financiación, pero no sé si no han olvidado usar un mapa de la ciudad y un listado de los negocios de su barrio.
¡Que tengan suerte en su aventura!






martes, 27 de septiembre de 2016

ESPERPENTOS DIARIOS. 18. Había ciudades…

Había ciudades...
Las ciudades pequeñas ya no son lo que eran antes. Esas ciudades de verano en las que se descansaba porque el clima suave lo permitía, con parques que eran pequeños paraísos y un ambiente que invitaba al sosiego del cuerpo y del alma, se han convertido en ruidosas ciudades motorizadas. Los parques están invadidos por vehículos con o sin motor: numerosas sillas de ruedas empujadas por dos o tres personas que acompañan al abuelo al tiempo que taponan el paseo. Abuelos que todavía pueden desplazarse detrás de un andador que avanzan como buenamente pueden. Enseguida llegan pisando fuerte los tacones de la recién-madre de unos treinta años, con enorme y todoterreno carrito “Bugaboo” de bebé, adelantando con ímpetu por la derecha o por la izquierda, le da igual con tal de pasar delante. Y atropellando también llegan los niños, orgullosos sobre su patinete recién comprado, acompañados de sus padres, más orgullosos todavía cuando el niño se aburre y le ofrece, con gran generosidad, a su progenitor la enorme fortuna de cargar su patinete sobre el hombro y abrirse camino entre tanto tráfico. Detrás vienen los adolescentes, veloces siempre, sobre sus bicicletas recién abrillantadas, y con ellos aumenta un poco más el peligro para la integridad física de quienes caminamos sin vehículo.
Mientras tanto estos peatones, prácticamente marginados de esta reunión social por no ser poseedores de ninguno de estos vehículos, intentan avanzar para llegar con suerte sin un atropello en un pie, o en los dos, a la salida del tremendo paseo por el parque, que se ha convertido en una agobiante superación de obstáculos. Ya sabes, si no eres bebé, madre de bebé, niño o viejo,  olvídate del arcaico y sano paseo por el parque y encamina tus pasos al asfalto o a los bares cerveceros. No hay otra.
Si circulas en coche, tampoco es tan fácil. Hay calles en las que hay que  zigzaguear para ir avanzando entre los diversos vehículos que a izquierda y derecha, en doble fila, obstaculizan el desarrollo normal del tráfico. Al final la conclusión es que la generación del medio, la que va de los 35 a los 60 años, es la que cría a los niños, soporta y mantiene a los adolescentes, protege a los ancianos y paga las pensiones. Es muy fuerte que, en estas ciudades, uno no pueda darse un paseo por el parque en paz.
Algo atisbó Luis Martín Santos cuando escribió: “Hay ciudades tan descabaladas… que no tienen catedral.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Sin retorno de Susana Rodríguez Lezaun

En mi lista personal he tenido aparcada la novela titulada Sin retorno de Susana Rodríguez Lezaun, que por variadas razones no pude leer hasta pasado este verano. Publicada en mayo de 2015, fue reimpresa un mes después. Es la primera de una serie de novela negra que, seguro mantiene el interés y la tensión de la primera.
Sin retorno tiene un comienzo impactante. Un asesinato con apariencia de accidente, en el que se relata con detalle quién y cómo se comete. Es el pretexto para que Irene Ochoa y el inspector de policía, David Vázquez, se encuentren sin que el segundo conozca la responsabilidad de ella en el caso, y se conviertan desde el principio, no solo en amantes sino también en los protagonistas que entrecruzan la trama de esa primera muerte y de lo que se deriva de ella, con una serie de asesinatos en el Camino de Santiago cuya investigación corre a cargo del inspector David. Ambas tramas mantienen la tensión hasta el final en que se resuelven de manera inesperada.
Me parece muy atractivo el hecho de que todos los personajes de la novela son protagonistas en un momento de la historia. La autora no se conforma con hacer una descripción más o menos extensa de ellos, según van formando parte del relato, sino que les dedica las páginas necesarias para presentarlos con su pasado que los ha conducido a este presente. Todos llevan a sus espaldas una historia potente que engancha al lector y abre una nueva expectativa y un ansia de conocer más detalles. De cada una de ellas podría construirse una novela. Es importante este aspecto para conocer a quienes van a estar presentes en las demás novelas de esta serie. Son personajes fuertes, muy bien caracterizados, así como las descripciones de los lugares donde transcurre la acción, las escenas propias de una investigación policiaca en comisaría o en el lugar del crimen, las escenas íntimas entre el inspector y la reciente viuda, etc.
Otro aspecto relevante es que nada es lo que parece: no solo los que parecen ser asesinos y no lo son o los que no lo parecen y sí lo son, sino también en los detalles personales de cada uno: el sentimiento de amor  que equivocadamente alberga el polaco de cincuenta años que acompaña a una joven a hacer el Camino, el miedo que sufre Teresa embarazada, la felicidad que aparenta Ismael con su familia, el racismo que manifiesta su compañero hacia la mujer policía de origen peruano, etc. Cuando el lector parece saber todo, descubre que está equivocado, no sabe nada de la verdad de los personajes; es entonces cuando la escritora da la vuelta a la historia con gran habilidad, manteniendo una ambientación realista y una cuidada verosimilitud especialmente en los diálogos.
Los dilemas que se plantean en la novela es otro de los puntos fuertes según mi opinión. Es el lector el que debe decidir si es con un asesinato como se debe resolver la violencia de género; dónde está el límite entre el bien y el mal; si el ser humano es inocente por naturaleza y la sociedad lo corrompe o si realmente es una alimaña peligrosa para el resto de la sociedad; el lector ha de reflexionar ante el originario sentido penitente de los peregrinos que hacen el Camino, frente a quienes lo han convertido en un trayecto turístico, estos no son peregrinos sino “¡La mierda de la Tierra, auténtica basura!”-como los define indignado uno de los hermanos que regentan los albergues. En suma, se plantean preguntas: ¿puede uno tomarse la justicia por su mano? ¿acaso el fin justifica los medios?
Las reflexiones menudean en la historia. En boca del inspector Vázquez hay una exposición de la idea sobre el matrimonio, el psiquiatra que atendía a la fallecida Marta hace su reflexión acerca de la felicidad. Hay además en la novela contenidos de divulgación histórica que contribuyen a la ambientación de lo narrado: detalles de funcionamiento de los albergues de peregrinos, las fiestas de San Fermín, la leyenda del bosque de Ibañeta cercano a Roncesvalles, el arte del Silo de Carlomagno, el sentido de la figura de un "Memento Mori" (recuerda que morirás), el significado simbólico de la concha de los peregrinos, etc.
El desenlace de la historia es tan impactante como el comienzo de la misma. Ataques descritos con minuciosos detalles, trepidante acción que conduce a un desenlace que gira, da vueltas y sorprende por lo inesperado en lo que al descubrimiento del asesino de los peregrinos se refiere, e inesperado respecto al secreto de Irene Ochoa y su relación con el inspector Vázquez. En suma, es una estupenda novela en cuyo desarrollo se disfruta tanto, que no despierta la única excesiva prisa en llegar al final solo para descubrir el asesino que, por otra parte, tiene notable interés. Es una novela que engancha de la primera a la última página, que mantiene vivo el suspense y que ofrece dos interesantes historias que se resuelven de manera sorprendente.

¡¡¡Enhorabuena Susana Rodríguez Lezaun!!!

lunes, 9 de mayo de 2016

Cita con la música

"Disfruta de la Música Clásica y Cinematográfica"
Seis meses (del 21 de octubre al 4 de mayo de 2016) ha durado el curso que lleva el nombre con el que se abre este resumen. Impartido por la profesora de Música Dª Carmen Paíno, jubilada de su función docente, que sigue acercando generosamente la música al oyente, en el salón de actos de la Diputación.
El importe de la matrícula del curso, símbolo de solidaridad, va destinada a la Sociedad de Inmigrantes de Albacete, para subsaharianos residentes en Albacete, con familias en África. 
Fueron entrañables las palabras que el representante de este grupo de inmigrantes dedicó a Carmen el día de la clausura del curso. Habló en nombre de muchas personas que hoy no podían estar, "están tan lejos..." -dijo-. Le agradeció su ayuda en el momento preciso, cuando más lo necesitaban. Recordando a Ulises cuando anduvo perdido hasta conseguir volver a Ítaca, su patria, con todo su sentimiento manifestó que él también deseaba esta vuelta: "cuando arribes a Ítaca, mayor, con tanta experiencia, no veas que Ítaca te ha engañado"
Agradeció que Carmen pusiera a disposición sus conocimientos y su experiencia a cambio de ningún lucro personal, hecho ante el cual él personalmente se sentía impactado. Terminó con un bello colofón: "Gracias. Todo lo que se hace con amor nunca pasa porque el amor es sincero y nunca pasa.
De la mano de la profesora, partiendo de la especificación de términos como parámetros del sonido, melodías, forma musical, movimiento, sinfonía, etc. fuimos recorriendo la Historia de la Música: desde Grecia, Edad Media (gregoriano, juglares, nacimiento de la polifonía,  trovadores...), Renacimiento, Barroco (Bach, Häendel...), Clasicismo (Mozart, Beethoven...), Romanticismo (Chopin, Schubert, Liszt, Brahms, Mahler, Verdi, Wagner...), con audiovisuales de fragmentos de sus obras más relevantes, explicando aquellos elementos musicales que ayudan a comprender la música y a aumentar el placer de escuchar lo que antes pasaba desapercibido.  
Las seis últimas sesiones del curso las dedicó a la Música en el Cine, centrándose en el poder expresivo de la música para acompañar las imágenes y la utilización que, de este Arte, hacen los grandes compositores de las bandas sonoras, con la utilización de códigos y patrones para determinados momentos de la película. Ilustra el recorrido con impresionantes escenas de famosas películas, reconocidas por todos los oyentes pero entendiendo ahora la escena, con la reflexión musical, en una nueva dimensión.
Escenas de Lo que el viento se llevó, Casablanca, Cantando bajo la lluvia, Desayuno con diamantes, El puente sobre el río Kwai, Doctor Zhivago, Una odisea en el espacio, Carros de fuego, West Side Story, Memorias de África, etc. Y concluye con unas sesiones en las que disfrutamos con la música de las películas del oeste y la de las películas de terror.


Un estupendo curso, en el que se ha tenido en cuenta el precepto de Horacio en su Arte poética, que se resume en dos palabras: aprender y deleitar.
Gracias Carmen.

jueves, 5 de mayo de 2016

Nell Leyshon. Del color de la leche

La amarga voz narrativa, la de una campesina de quince años, cuyo cabello es del color de la leche, padece cierto defecto en una pierna y soporta la violencia de un padre que solo quiere hijos varones para trabajar el campo, golpea la conciencia del lector. 
Se trata de un relato en primera persona: "este es mi libro y estoy escribiéndolo con mi propia mano. en este año del señor de mil ochocientos treinta y uno he llegado a la edad de quince años y estoy sentada al lado de mi ventana y veo muchas cosas". Nos describe su aspecto, "no soy muy alta y mi pelo es del color de la leche", nos informa de su nombre, "me llamo mary", de su aprendizaje, "he aprendido a deletrear mi nombre. eme. a. erre. i griega. así es como se escribe" (p.15). "Quiero contarte lo que ha pasado". Y sabemos que es ignorante, "no sé lo que es una sábana", lógica, "no puedo decir lo que no se me ocurre" (p.65), "una sala de estar es donde uno se sienta" (p.57), práctica, "no tiene ropa para cambiarse porque solo tengo un cuerpo donde ponérmela" (p.66), espontánea, responde a la madre cuando le corrige "tienes que hablar menos y trabajar más", "ya lo sé (...) y es verdad que lo sé pero no puedo evitarlo. porque soy como soy. mi lengua es rápida como la lengua del gato cuando se bebe a lametones la leche del cubo" (p. 20). Y es la única que muestra afecto hacia su abuelo, apartado en el cuarto de las manzanas. 
A partir de aquí narra los detalles de su vida cotidiana hasta el momento en el que se descubre el porqué del relato expuesto en este documento. Su historia, que al principio parece anodina, va creciendo cada vez más, al mismo tiempo que crece su amargura, hasta concluir en el desenlace, del que se deriva la razón por la que cuenta la historia de su existencia, repleta de violencia. El autoritarismo del padre, cuenta con la aceptación de la madre, "tu padre te va a decir un par de cosas" (p.20), "ya sabes lo que ha dicho tu padre" (p. 49), "¿quién es el hombre" (p. 32), que guarda silencio frente a los coscorrones, las patadas  y las palizas que él propina a su hija, siempre atenazada por el miedo a las reacciones agresivas de su padre, "no me atrevería, dije yo. padre me arrancaría las tripas para hacerse unos tirantes en cuanto me viera aparecer por ahí" (p. 62). Y lo hace con una espontaneidad e inocencia que nos trae continuamente al presente aquella novela de Cela, La familia de Pascual Duarte, que inauguró en la España de los años cuarenta, la tendencia narrativa denominada Tremendismo.
El contenido es el de una novela testimonial, una vida que implica la brutal descripción de los abusos del entorno familiar y local, soportados por una joven, doblegada físicamente pero que mantiene intactas sus convicciones acerca de la moralidad, de la verdad, del respeto familiar y de la dignidad.
 La autora consigue caracterizar al personaje, una joven de clase baja que no sabe leer ni escribir, ni ha salido nunca de su casa paterna, un ámbito rural de la Inglaterra de 1830, exponiendo la narración desde una perspectiva autobiográfica, la primera persona de quien escribe, literalmente, como una esforzada recién alfabetizada, que acaba de aprender a leer y a escribir y se lanza a la ilusionada aventura de contar: "este es mi libro y estoy escribiéndolo con mi propia mano". De ahí la eliminación de capítulos, a favor de secuencias de distinta extensión, agrupadas en cuatro apartados que coinciden con las cuatro estaciones del año. Comienza el relato en primavera y termina en invierno, con una frialdad tan grande como la de la estación que representa. Añade de nuevo una nueva estación, la primavera, en la que concluye lo que comenzó al principio: "este es mi libro y lo he estado escribiendo con mi propia mano. he deletreado todas sus palabras. he escrito todas sus letras." (p. 171)  
Llama la atención además, en esta chica sin proyectos y sin sueños, su escritura con ausencia de mayúsculas, ausencia de guiones que marquen la alternancia de los diálogos, agilidad en los diálogos que representan la oralidad y mantienen la tensión y, sobre todo, la manifestación de su naturalidad y espontaneidad mediante el uso de su representativo registro lingüístico. 
Parece predestinada a un frío y desangelado futuro, invernal y oscuro como la propia estación en la que escribirá el final de la historia. Junto a sus hermanas juega a declarar cuáles son sus sueños que podrían convertirse en realidad. Todas los expresan excepto ella: "yo me tumbé hacia atrás y apoyé la cabeza en la hierba y el frío me llegó al cuello y me pasó por el pelo", "sabía que tenía sueños, pero no sabía qué era lo que soñaba" (p. 38), que siente el frío hasta en los momentos de ocio y juego.
Es una novela original en cuanto al singular tratamiento del tema, que mantiene una tensión ascendente y el singular registro lingüístico. Un libro con secretos oscuros que contrastan con el color del pelo de la narradora.
Libro del año (2014) por el Gremio de Libreros de Madrid.

martes, 26 de abril de 2016

Javier Marías en la víspera del Día del Libro


Fue estupenda la celebración de La Noche de los Libros en la víspera del Día del Libro, porque pude escuchar en vivo y en directo la conversación de Javier Marías con Antonio Lucas (poeta y redactor de cultura del diario El Mundo), en la Real Casa de Postas, ante una masiva asistencia de público, entre el cual sonreía, cómplice, Arturo Pérez Reverte. 

J. Marías habló sobre el placer de leer, sobre el oficio de escribir, se extrañó ante ese obsoleto interrogante que vuelve de nuevo, "¿para qué sirve la literatura?", "¿la literatura es útil o no?" , recordó el tributo que debemos al Quijote, etc. A través de la lectura aprendemos a entender la complejidad de las relaciones humanas, las sutilezas del mundo, -explicó Marías. "La persona que no ha leído a Proust no sabe muchísimas cosas que sí sabe quien lo ha leído". Puso punto final con el extraño convencimiento de que "nunca se ha leído tanto como ahora", extraño porque contradice la constante queja de que no se lee, y contrapuso las cifras de ventas descomunales de autores actuales frente a las pequeñas cifras de las ediciones de libros de Baroja o Valle Inclán en su época. Estos clásicos se habrían quedado maravillados.    

domingo, 17 de abril de 2016

El juego de los muertos. Eloy Cebrián

El juego de los muertos es la última novela del escritor albaceteño Eloy M.Cebrián, que presentó en la Librería Popular, el 15 de abril, acompañado por Ana Martínez Castillo.
Se trata de un par de hermanas gemelas que, aburridas un día que no tienen colegio, buscan en el desván de la casa de sus abuelos un juego con el que entretenerse. Encuentran un álbum de fotos y juegan a adivinar quien de los retratados está vivo o muerto. 
La trama avanza ágil, a partir de estas curiosas páginas en las que el autor nos introduce en el juego, con la detallada descripción de los retratados y la reacción de las dos niñas ante lo que ven, la decisión de sus respuestas, y la propia reacción de extrañeza de una respecto al juicio de la otra.
A partir de este momento, algo inexplicable y repentino sucede, algo que va más allá de la comprensión humana, de manera que la acción oscila entre la presentación de esa realidad real en la que estaba instalada la cotidianeidad familiar y la irrealidad que está invadiendo sus vidas y que son incapaces de comprender. Surge entonces la sugerencia de la presencia de un mundo sobrenatural que, según avanza la acción, va conquistando más espacio a la realidad y trastocando la vida de todos los personajes, cuya personalidad está muy bien delimitada con una excelente caracterización..
En este punto, el mundo empírico de la medicina -neurología, psiquiatría, etc.- deja paso al mundo de las posesiones demoníacas, justificadas con la confesión de un gran secreto familiar, oculto, que solo conoce el abuelo, y la narración se mueve por espacios ocupados por los médiums y el espiritismo, elementos paranormales que se introducen en esta extraña historia. El miedo, el horror que produce en el lector está muy bien dosificado, de manera que se despierta un gran interés por conocer el desenlace que se toma su tiempo, incluso separando la acción de distintos personajes en distintos espacios en capítulos alternos, que demoran un inquietante desenlace. 
Al miedo, al terror a lo desconocido, se puede añadir la repulsión que producen muchas de las escenas descritas, "la bullente masa de gusanos", "un doliente amasijo" de cuerpos en el río de la muerte, el "chorro de vómito" que alcanza la bandeja de los turrones y se extiende como un "charco inmundo", etc. y la lengua obscena, agresiva  y procaz que caracteriza a uno de los personajes con expresiones como "zorra frígida", "hijos de puta".
El torrente de información que se proporciona al final de la novela, da lugar a imaginativas escenas en cuya descripción se ha entregado el autor sin cortapisas. Y resulta muy interesante la sugerencia de un final abierto en el que el fenómeno queda inexplicado, en el sentido de que no ha sido racionalizado. Solo los personajes que han vivido la experiencia, comprenden el alcance de la misma. El resto de los personajes se conforman con recuperar, o eso les parece, la situación de realidad anterior.
¡¡Enhorabuena!!

lunes, 11 de abril de 2016

I Festival Música Barroca. Albacete

          ¡Enhorabuena, FEMUBA!
El día 10 de abril concluye este Primer Festival de Música Barroca, en el que he de destacar dos características clave: primero el alto nivel de lo presentado en el escenario y segundo la variedad en la selección de instrumentos y la originalidad del enfoque temático de los distintos repertorios.. 
Comenzó el primer día (2 abril) con el concierto  de Fahmi Alqhai y su viola da gamba, instrumento solista, que recupera todos sus recursos en la segunda mitad del siglo XX. Presenta el programa una amplia muestra, desde la música del siglo XVII español, a la música clásica francesa, música popular y música actual, reivindicando las capacidades de dicho instrumento.
El día 6, los protagonistas fueron "Los afectos diversos", conjunto vocal (alto, tenor barítono, bajo y órgano) que ofrece un programa paralelo España-Inglaterra, recorriendo la música religiosa de ambas que acompañaron a Cervantes y Shakespeare durante su vida.
El día 8 Muriel Rochat Rienth nos deleitó con la flauta de pico a la que sacaba notas y tonalidades de todo tipo junto con Andrés Alberto Gómez con su habilidad con el clave. Destaca la elaborada realización del continuo. El clave permite arpegios que, a modo de círculos musicales elevan el espíritu de tal modo que produce una sensación de desplazamiento aereo-espacial.
El día 9 fue el órgano de Lietor con Javier Artigas quien empareja el repertorio con pares de composiciones de música española e italiana. Choca la sobriedad y tenebrismo de la primera frente a la alegría de la segunda. Termina con una pieza potente en la que casi se visualiza la fanfarria militar descrita con esos imponentes sonidos.
Cierra el festival, el día 10,  La Reverencia (soprano, tenor, flauta de pico, tiorba y viola de gamba) con un concierto estelar, dedicado a la cantata de cámara de Haendel.
Lo que menos me ha gustado de este Festival ha sido el cartel. Reproduce una cabellera en la que se alojan los diferentes instrumentos musicales, idea que ya utilizó, recientemente, el ilustrador Bemjamín Lacombe con la cabellera de la reina Maria Antonieta en su Diario.

jueves, 7 de abril de 2016

ESPERPENTOS DIARIOS. 17. Quiero y no puedo

¿Hay alguien que no conozca a una peluquera parlanchina que te habla sin parar mientras te atruena el oído e impide la audición con el ruido del secador en la oreja? No hay manera de entender lo que dice y, después de pedir que repita varias veces, acabas por esbozar una sonrisa tonta como respuesta. A continuación esperas, sufriendo, la consiguiente quemadura en el cuero cabelludo por su experto manejo de la lengua y del secador.
¿Y al dentista que mientras te tiene inmovilizada, con la cabeza desencajada del cuello y la boca abierta de par en par, te hace una pregunta a la que solo puedes responder con un tímido gruñido? Y no lo hace solo una vez sino varias, insistiendo en preguntar aquello que no puedes contestar ni aunque tuvieras cualidades de ventrílocuo.
¿Y al joven que orina en medio de la calle, cuando a primera hora de la mañana te diriges al trabajo y él aún no se ha acostado, y cuando vuelves la cabeza hacia otro lado, avergonzada, pregunta lleno de orgullo por ser tan machote: "Qué pasa, señora"? Y dudas entre pasar de largo o encararte con él.
¿Y al camarero de no más de veinte años que, con un desparpajo inimitable, se dirige a un grupo de mujeres de unos sesenta años con un "Chicas qué queréis" y las maneja a su antojo, "por orden, chicas, pedid por orden" o si considera que han pasado mucho tiempo pensando qué van a pedir, les increpa con determinación, "os decidís ya o qué"? Lo miras, mordiéndote la lengua, no sea que vaya a escupir en tu comida.
¿Y qué decir del mundo judicial? De ese ínclito abogado de la compañía de seguros que pierde de vista el concepto de dignidad y de decencia negando lo obvio, declarando inocente a la aseguradora para que no pague los destrozos que uno de sus asegurados ha causado a la víctima con quien tropezó en su oscuro camino? Conocí a un amigo que tuvo un accidente provocado por un "despistado" que le dio alcance por detrás y lo estampó contra el coche de delante, dando lugar a un siniestro total, de resultas del cual tuvo la "suerte" de perder el coche y la fortuna de no perder la vida. El abogado del seguro de este "despistado", despreciando el atestado de la policía (porque que no estaba en el lugar del suceso tomando puntualmente la grabación de cómo el último coche provocaba tal accidente, grabación con la que probar la verdad de los cargos, para lo que necesitaríamos un agente de tráfico o una cámara en cada metro de carretera, con el ojo vigilante permanentemente puesto en el visor y el dedo  preparado para pulsar el botón de "iniciar la grabación"; pero no olvidemos que luego nos negarían la grabación en función de la Ley de protección de datos) y despreciando también la palabra del perito (profesional de los informes y presumiblemente decente), impugna ambas declaraciones, pone en entredicho sus informes y tiene el valor de proclamar la inocencia del "despistado", para ahorrar el dinero de la aseguradora.
El surrealismo moral se ha perpetuado en nuestra sociedad. Hay muchas cosas que quiero pero no puedo hacer y no es porque me lo impida alguien o tenga alguna limitación física sino porque mi mente, mi conciencia, algo dentro de mí, pone límites y paraliza mis reacciones.
¡¡¡Menos mal!!! 

jueves, 17 de marzo de 2016

Oso de Marian Engel

Una controvertida novela de la literatura canadiense

La novela relata la inquietante relación entre una joven bibliotecaria, que hace inventario en una biblioteca, ubicada en una aislada isla, cuyo dueño ha fallecido, y el único habitante de la zona, un oso.
Está publicada en Canadá 1976 y recientemente traducida al español por Magdalena Palmer en 2015, con importante impacto en los lectores.
La historia, sin entrar en detalles, es la relación entre la protagonista, Lou, y un oso de trescientos kilos que está encadenado en una cabaña, al lado de la mansión. Trata de la entrada del oso en la vida de Lou, aislada, y con una inclinación a disfrutar de la soledad. Por eso cuando sabe de la presencia del oso, le parece una idea "maravillosamente isabelina y exótica" (p. 33). Los consejos sobre el comportamiento que debe tener con oso, consejo que le da Homer, el hombre local que la recibe a su llegada y la lleva en lancha a la isla, resultan extraños. Entiende entonces la presencia en la casa de un olor almizclado, inidentificable aunque agradable, además del olor a aceite de estufa, al olor de ratones y al olor a polvo de la casa cerrada. Es una esencia que persiste,"un aroma almizclado como la nota dulce y aguda de la flauta de un pastor" (p. 84)
Lou se acerca al cobertizo para conocerlo, momento en el cual oso (sin la determinación del artículo)  pasa a ser un nombre que designa al animal, cuya primera presencia parece "un bulto polvoriento de pelo negruzco" que "tiene un largo hocico marrón rematado en una nariz negra, seca y curtida" y cuyos "ojos eran pequeños y tristes" (p. 39)
Lou se preocupa en principio de su comida, guardando las distancias, más adelante lo lleva al río a nadar, hecho que va devolviendo lustre y luminosidad a su pelaje, le deja sentarse a su lado junto a la chimenea, acepta sus agradecidos lametones, y desata su cadena para que pueda tener libertad. A partir de ese momento, oso forma parte de su vida en soledad y entra y sale de la casa como quiere, tanto que llegan a intimar. Este hecho da pie al escándalo que ha rodeado a la novela. (Nada descubro que no aparezca en la reseña de la contraportada del libro)
No es exactamente un acto de zoofilia, como muchos lectores consideran. Lo cierto es que la protagonista lo ve como un acompañante perfecto de su soledad que la llena totalmente y en ningún momento lo humaniza. "Nada en él indicaba si sufría o no (...) Un oso es más una isla que un hombre, pensó" (p. 70). Por eso en algunos de los pasajes eróticos, domina más la melancolía que lo erótico del momento. Para oso, parece ser más una demostración de agradecimiento hacia quien le cuida, que una relación sexual.
"La lengua, no solo musculosa sino también capaz de alargarse como una anguila, encontró todos sus rincones secretos. Y, como la de ningún ser humano que hubiera conocido, persevera en darle placer. Al correrse sollozó y el oso le enjugó las lágrimas. (p. 112)
En diferentes pasajes, oso se acerca a Lou sin ninguna manifestación de instinto sexual: "El oso se le acercó. Su respiración era infinitamente pesada y suave. Lou comprendió que velaba por ella. Era por la mañana, debía de estar hambriento. Se levantó despacio, aturdida, y abrió una lata de alubias para los dos. Se las comieron frías."(p.151)
Lou crece con esta relación que presenta sin exageraciones, como algo que asume con gran naturalidad y tiene ningún sentido de culpa ni de coacción moral. "Vaya, ¡qué extraño!, hacer eso. Haberlo hecho. Que me lo hicieran. Hurgó en todos los rincones de su conciencia para ver si se sentía mal. Se sentía querida" (p. 113)
La novela en conjunto se demora constantemente en la observación sensorial, no solo en la relación entre ambos personajes sino también en aspectos descriptivos en los que se recogen elementos auditivos, visuales, táctiles, etc.: "Se quedó fuera escuchando. Los pajaritos piaban. El río borbotaba entre los juncos y las piedras. Las ramas crujían y se rozaban. Las patas de las aves hacía crepitar las hojas secas. Quizá también el oso resoplaba y roncaba en su casa." (p. 54)
En suma es una original novela, transgresora, no exactamente "obscena" como la define Robertson Davies en la contraportada, porque la delicadeza narrativa de la autora evita toda violencia descriptiva.

"Según el sistema de Linneo, Ursus se encuentra entre Mustela y Didelphis. El orden incluye Arct, los auténticos osos; Meles, los tejones; Lotor, el mapache; y Luscus, el glotón. Pie: plantígrado; molares: tuberculados; tamaño: grande. Carnívoro. Frugívoro. Cola por lo general corta. Cerebro y sistema nervioso muy desarrollados. Garras para escarbar, no retráctiles. Sentidos agudos. Huesos cilíndricos más parecidos a los humanos que los de otros cuadrúpedos, sobre todo el fémur. Por consiguiente, capaces de erguirse y bailar. La lengua presenta un surco longitudinal. Riñones lobulados como en racimos de uva; ausencia de vesícula seminal. Hueso en el pene. En la hembra, la vagina presenta estrías longitudinales. El clítoris se aloja en una cavidad profunda." (p. 51) 

domingo, 21 de febrero de 2016

Umberto Eco, descanse en paz.

Descubrí a Umberto Eco, semiólogo, en mis años universitarios en que comenzaba la reflexión sobre los medios de comunicación, los mass media, la cultura de masas. 
La presencia de multitudes en la vida social, su protagonismo en la vida pública constituye, a mitad del siglo XX, un fenómeno potenciado por el desarrollo de las tecnologías de la comunicación. Surge entonces el concepto "cultura de masas". 
Eco explica cómo se adaptan los contenidos al "nivel" del receptor, contenidos procedentes de los medios de comunicación audiovisuales (radio, cine y televisión), gráficos (diarios y revistas) y editoriales (best-sellers) y cómo estas masas imponen un lenguaje propio.
Admiré las teorías que Eco proponía en su libro Apocalípticos e integrados,  en el que enfrentaba dos posturas ante la cultura, aportando argumentos a favor y en contra de cada una de ellas.
Los apocalípticos (pesimistas)  se oponen a la cultura de masas: "Si la cultura es un hecho aristocrático, cultivo celoso, asiduo y solitario de una interioridad refinada que se opone a la vulgaridad de la muchedumbre (...), la mera idea de una cultura compartida por todos, producida de modo que se adapte a todos y elaborada a medida de todos, es un contrasentido monstruoso. La cultura de masas es la anticultura. Y puesto que esta nace en el momento en que la presencia de las masas en la vida social se convierte en el fenómeno más evidente de un contexto histórico (...) no puede más que expresarse en términos de Apocalipsis". 
En el lado opuesto están los integrados (optimistas): "Dado que la televisión, los periódicos, la radio, el cine, las historietas, la novela popular y el Reader's Digest ponen hoy en día los bienes culturales a disposición de todos, haciendo amable y liviana la absorción de nociones y la recepción de información, estamos viviendo una época de ampliación del campo cultural."
La cultura de masas es producida por los poderosos que invierten su dinero para obtener beneficios y crean contenidos simples y entretenidos para que lleguen a la inmensa mayoría.

domingo, 24 de enero de 2016

Rafael Chirbes. Paris-Austerlitz.

Ya está en la calle la novela póstuma de Rafael Chirbes.  Presentada en Barcelona el 14 de enero. Es una lástima que sea la última.

Rarezas Bibliográficas. 6. Benjamín Lacombe. María Antonieta


Diario secreto de una reina
La nueva obra de Benjamín Lacombe se presenta en un cuidado formato en tela y lomos dorados publicada por Eldevives en la colección Contempla, en octubre de 2015, bajo el título María Antonieta, Diario secreto de una reina. Este increíble ilustrador convierte cada libro en una pequeña obra de arte, razón por la que puede ser considerado como objeto de coleccionista. 
Si a esto se añade en el siguiente ejemplar la dedicatoria personal del autor y la exclusiva ilustración de ese gato apoyado en la cabeza decapitada de María Antonieta, su peculiaridad aumenta. 


Los personajes de Benjamín Lacombe tienen marca de autor: sus ojos son excesivamente grandes y su expresión parece perdida y melancólica y anclada en un paraíso perdido.
María Antonieta es una visión personal de la esposa de Luis XVI, casada con quince años (1770) y decapitada por los revolucionarios franceses. El texto está escrito por el mismo Lacombe y sus ilustraciones están inspiradas en la pintura rococó del siglo XVIII. 

Algunos incluso son recreaciones de obras clásicas de esa época, como El columpio de Fragonard o el Retrato de familia, de Vigèe Le Brum en el que la reina posa solemne con sus hijos pequeños, pero Lacombe ha añadido un matiz: todos tienen la cabeza cortada en su regazo.
La historiadora Cècile Berly  ha sido una eficaz colaboradora, aportando su investigación en la correspondencia de la reina María Antonieta con su madre María Teresa de Austria y con su amante Axel de Fersen, insertas en un supuesto diario personal que ha recreado literariamente el propio Lacombe. La narración en primera persona junto al formato epistolar constituyen un original y verosímil texto que permite, además de conocer la psicología e intimidad de una reina destinada desde su nacimiento a la vida en palacio, hacer un recorrido por las costumbres en Versalles, festejos, modas, amistades, etc. Desde la primera carta  (la que contiene el Reglamento para leer todos los meses, enviada por su madre María Teresa de Austria) hasta la última (que envía para despedirse a su hermana, desde el calabozo de la Consejería, tras ser condenada a una "muerte deshonrosa"), transcurre toda la declaración de su vida.
María Antonieta no comprende la actuación de la justicia: 
"El final de esta mascarada está ya cerca. Un proceso durante el cual se me ha acusado de ignominias y atrocidades inimaginables.Para ellos, soy la "architigresa" de Austria, a la que han de triturar como si fuera carne picada, como escarmiento por la sangre que, según parece, he hecho correr. Pero yo, a diferencia de mis acusadores, jamás he ordenado la muerte de ninguna criatura ni he participado en tal atrocidad"
Los dibujos de Lacombe son un despliegue  de color y un retrato de la forma de vestir, peinarse, comer, diversiones de la reina consorte. La inicial imagen de frivolidad, Reina de la Moda, de María Antonieta, recién llegada a Versalles con quince años y casada con el Rey (1770) con la única obligación de darle un heredero, va variando con la edad y con su maternidad se va volviendo seria y reflexiva  e incluso cobra importancia en la política de la época.
Benjamin Lacombe renueva la imagen que de María Antonieta nos ofreció la película de Sofía Coppola (2006) que se tomó cuantas licencias históricas quiso. La historiadora Cécile Berly proporciona a Lacombe documentación real, de donde surge su inspiración.