domingo, 6 de abril de 2014

NOÉ. El diluvio universal

El diluvio universal es un acontecimiento descrito por distintas civilizaciones. Los científicos suponen que el origen del mito debió ser alguna catástrofe natural relacionada con una gran inundación en la antigüedad.
La interpretación del mito más cercana a nuestra cultura, tiene que ver con la tradición judeo-cristiana. En la Biblia, Jehová elige a Noé a quien considera el único hombre justo, para que salve a su familia y a una pareja de cada ser vivo sobre la tierra en un arca que será la única posibilidad de salvación tras el castigo que va a infligir a la humanidad. Durante cuarenta días cayó agua sin cesar que inundó la tierra y destruyó toda la vida en ella.
El mito del diluvio universal ya está presente en el Poema de Gilgamesh en Mesopotamia, cuyas versiones más antiguas datan del año 2.100-2.000 (a.c.), anteriores obviamente al relato bíblico.
Ovidio en sus Metamorfosis anuncia en boca de Júpiter su intención de destruir a la humanidad, pero cede, ante la alarma de los dioses, a aceptar que una nueva generación de hombres pueblen la tierra después del castigo. Ovidio cuenta cómo el titán Prometeo, encadenado y castigado a que un buitre devorara su hígado, oyó las palabras de los dioses y se las contó a su hijo Deucalión quien construyó la barca en la que se salvaron él y su esposa. Durante nueve días no cesó de llover y todo ser vivo murió. Al bajar a tierra y darse cuenta de que ellos eran muy viejos para procrear, pidieron ayuda a los dioses. Por indicación de Temis, arrojaron piedras a sus espaldas que al caer al fango crecían con forma de hombres y mujeres que habían de ser tan duros, sólidos y firmes como las mismas piedras
En la mitología inca, Viracocha también destruyó la tierra y sus habitantes con una gran inundación. Solo una pareja sobrevivió oculta en una cueva sellada.
Cierta tribu africana de Chad, la tribu moussaye, relata en su mitología la historia lejana, cuando el cielo estaba tan cerca de la tierra que podía tocarse con la mano. Una mujer que machacaba granos de mijo, alzó la mano con fuerza y sin querer hizo con el majador un agujero en el cielo del que cayó agua durante siete días y siete noches y anegó la tierra. El cielo, según perdía agua, fue alejándose cada vez más de la tierra.
Salvo en esta mitología en todas las anteriores hay una coincidencia: el diluvio es el castigo a la desobediencia y maldad de los hombres.
En el episodio del diluvio universal relatado en el Génesis (Biblia) se basa la controvertida película de Aronofsky, que tiene tintes de película de catástrofes apocalíptica. La película, Noé, llega a España precedida de un conflicto con eco mediático. Cuatro países árabes han prohibido su proyección por tratarse de la presentación de un profeta. Asimismo ha sufrido descalificaciones de grupos y autoridades eclesiásticas cristianas en EEUU.
El propio Aronofsky habla de la importancia de este primer apocalipsis que promete una regeneración, un mundo mejor, Y explica su conexión con el Génesis: "Al inicio del filme, y del Génesis, Dios está lleno de ira con la corrupción del hombre, de su creación, y según avanzan los versículos acaba esparciendo misericordia. Entendí que el guion debería llevar a Dios y a Noé en arcos dramáticos paralelos, porque uno habla a través del otro. En la Biblia se dice que Noé es rico, en el sentido que entienden los teólogos: en su corazón hay tanta justicia como misericordia. Y decidimos jugar con el equilibrio de ambos sentimientos”.