lunes, 30 de enero de 2012

CURIOSIDADES. 1. Babas del diablo / Hilos de la Virgen

Curiosa denominación que hace referencia a esas decenas de miles de crías de araña que, con el fin de la primavera y el comienzo del otoño, nacen y enseguida empiezan a segregar hilos de una materia viscosa, que se solidifica al contacto con el aire. Cuando se levanta el viento, estos hilos, casi invisibles, se dejan arrastrar, como si fueran cometas, con sus arañas sobre ellos en busca de nuevos destinos. Los vencejos conocen bien la ruta de esta emigración y constituyen su plato principal aéreo.
Este fenómeno es muy frecuente en zonas rurales argentinas, y la imaginación popular le ha dado un nombre, “las babas del diablo”, como el título del relato (1959) de Julio Cortázar, un relato que representa “la relación del hombre con la realidad a través del lenguaje, la relación del escritor con la realidad a través de la literatura, la relación del artista con la realidad a través del arte” según lo define Carlos Albarracín-Sarmiento (en “Literatura y realidad.” AIH. Actas IV). Cortázar relata cómo un personaje huye “perdiéndose como un hilo de la Virgen en el aire de la mañana. Pero los hilos de la Virgen se llaman también babas del diablo, y Michel tuvo que aguantar minuciosas imprecaciones, oírse llamar entrometido e imbécil, mientras se esmeraba deliberadamente en sonreír y declinar, con simples movimientos de cabeza, tanto envío barato
Según la propia declaración de quienes han vivido la experiencia, da mucha impresión percibir cómo algo no visible, que se desplaza por el aire, te roza la cara o los brazos. La versión religiosa desplaza la denominación satánica “babas del diablo” por la de “hilos de la Virgen”. Sin embargo, ni hilos ni babas. Son sedas de araña.
A pesar de su extrema finura y ligereza, parece ser que son unas sedas más duras que el propio acero, por lo que la ciencia ha sabido aplicarlas a la confección de chalecos antibalas. Un hilo de seda de araña, del mismo grosor que uno de acero, tiene más o menos la misma resistencia pero la seda es notablemente más ligera que el acero, de manera que si tenemos en cuenta el peso de ambos elementos, resulta que la tela de araña es cinco veces más resistente que el acero. Solo hay un problema, las arañas son agresivas y depredadoras y no pueden criarse si no es en libertad.
Incluso en algún foro (en el Blog “Los Archivos del viento”) se lee la curiosa anécdota de Luis XIV a quien, parece ser, le confeccionaron un abrigo con sedas de araña.

sábado, 21 de enero de 2012

ENRIQUE MARTY: Arte Vanguardista

"60 Fanáticos"
Revista de Letras on-line publica hoy un interesante artículo acerca del arte de vanguardia en las instalaciones de Enrique Martí. Ángela Trigueros explica cómo "Enrique Marty juega continuamente con el espectador, a quien trata de sacar de sus casillas, de sorprenderle, de crearle incomodidad y darle una bofetada para que despierte. La experiencia que este espectador vive es indispensable para el autor. De hecho, es el autor el que desaparece a cambio de potenciar la presencia del espectador."
Leer en:

jueves, 19 de enero de 2012

ESPERPENTOS DIARIOS. 1. Comprando en INTIMISSIMI

Día de Nochevieja 2011 por la mañana. Al otro lado del teléfono, mi hijo: "Mamá, si pasas por alguna tienda y ves calzoncillos rojos, me compras uno". Y mamá, como todas las mamás, aunque solo tenía que ir al supermercado y allí difícilmente iba a poder hacer el encargo, salió en busca del calzoncillo. Obviamente, la Ley de Murphy intervino y no me topé con esa prenda roja, a la vista, en ninguno de los escaparates por donde pasé. Encontré una amiga que me sugirió ir a una tienda específica de lencería. Y así lo hice. El establecimiento estaba a tope, pero en un perchero se exhibían variados calzoncillos navideños. Miré y miré, busqué y volví a buscar, y rojo, lo que se dice rojo, no había ninguno de la talla encargada. Se lo pedí a una señorita, que amablemente puso en mis manos uno, sacado de un cajón, rojo efectivamente y con unas cabezas de reno.
-Gracias, señorita, ese vale.
Y me puse a la cola, con siete personas delante. Tardé un buen rato en llegar al mostrador, todos los clientes querían sus compras envueltas en papel de regalo, y me estaba poniendo un poquito nerviosa porque era tarde y debía terminar pronto para ir a hacer la comida con la que pensaba agasajar a mis hijos que venían de viaje.
Al fin me entregaron mi paquetito envuelto y el tique que ascendía a 19'90 €.
¡Ostras!, pensé. Me está bien empleado por no preguntar el precio. Bueno, tranquila, me dije a mí misma, Nochevieja bien merece un extra, un regalito más. Y la señorita, tan amable, exclamó, "!Le va a encantar!", no sé por qué, pensé, si no conoce al destinatario, ni su edad, ni su humor, pero gracias por ese deseo implícito, y continuó, "¡tiene incluso música!". ¿Quééé? pregunté perpleja. "Sí", insistió tan encantadora, mire en el perchero los de otras tallas y ve cómo es.
Me acerqué, estupefacta, al perchero donde ondeaban los calzoncitos (así los llamaba mi hijo de pequeño) y observé y toqué horrorizada, un artilugio del tamaño de una moneda de dos euros, mucho más gorda claro, en plena parte frontal. Ahí me entró una sensación entre agobio, risa, rubor, imaginando a mi hijo, serio, palmoteándose la bragueta, de vez en cuando en la fiesta de fin de año, para que sonara el villancico.
Sin salir del establecimiento, cogí otra prenda de la talla que buscaba, esta vez con dibujos navideños, pero que no era rojo (pensé "y qué más da") y volví a ponerme en la cola, otra vez con siete personas delante. Durante el tiempo de espera en la cola, llena de bolsas, con el abrigo y la bufanda colgando, acalorada, sudando, con el bolso matándome el hombro, me iba poniendo nerviosa por momentos, porque llevaba en la tienda veinte minutos, y el tiempo de cocinar se me echaba encima.
Por segunda vez llegué al mostrador, y expliqué a la señorita que la persona para quien era el calzoncillo no le iba a gustar lo de la música y que me cambiara el de la música por el que había elegido sin ella.
-"¡Señora!, me dijo un poco extrañada, si la prenda tiene un ojal para quitar el artilugio.
- Sí, señorita, pero no tengo necesidad de pagar un extra por un objeto que nunca se va a usar.
La amabilidad de la señorita se agrió un poco, pero sin decir nada inició el proceso del cambio.
- Señora, coja alguna prenda más, porque no devolvemos el dinero
- Y un tique de devolución?
-Tampoco.
- Pues no lo entiendo. En el siglo XXI, en todos los establecimientos devuelven el dinero o dan un tique con el dinero del que se dispone para la próxima compra.
La señorita, ya más irritada, se ve que debía pensar que estaba ante una mujer estúpida, me indicó muy vehementemente que cada empresa tenía su política. Yo insistía en que no lo podía entender, pero ella me echó literalmente del mostrador para que yo buscara una prenda que complementara el gasto extra que, hacía unos minutos, había realizado. Y de nada sirvió que yo intentara explicarle la dificultad de comprar una prenda íntima en unos minutos, sin probármela, a esas horas de ese día y cargada de bolsas. Otra señorita más amable se acercó a mí, que continuaba perpleja en medio de la tienda, rodeada de bragas y sujetadores, pensando "esto no me está ocurriendo a mí", y me ofreció diversas prendas: camisitas de 20 €, pijamas, etc. pero yo insistía que sin probarme la talla no quería hacer ese gasto imprevisto. Me ofreció unas bragas básicas que costaban 7 €, debió pensar que eran una ganga, y al final, para irme de allí acepté unas de color chocolate. Y me volví a poner a la cola, la tercera ya, y una vez más con un montón de compradoras delante.
De nuevo llegué al mostrador y tuve que abonar 1 € más y como solo me quedaba el recurso del pataleo (era incapaz de pensar y recordar que hay un libro de reclamaciones), me atreví a repetirle a la agria señorita (que tampoco de señorita tenía nada) que no comprendía por qué no podían hacer un vale descuento y volver tranquilamente otra tarde. Y la chica, indignada, me repitió que era política de la empresa y añadió: "Cada empresa tiene sus normas, por ejemplo esta hace lo que no hacen otras, devuelve las bragas". ¡¡¡¡¡¡Quééééé!!!!! -exclamé. Pues ya me ha dicho bastante, no me volverá a ver por aquí. Y recordé una imagen fugaz, cuando entré en la tienda vi salir de un probador a una chica con tres bragas en la mano. Nunca se me ocurrió pensar que se las había probado con permiso explícito de las dependientas.
Pagué el euro y me fui indignada, tratada pésimamente, pensando que haber entrado a ese establecimiento era la estupidez con la que cerraba las estupideces cometidas en el año que finalizaba. Directa a "Pollos Olga" porque ya no había tiempo para cocinar. Mis hijos me esperaban y se rieron cuando les conté la pelota que me había comido.
Durante varias noches he estado contemplando, irritada, sobre mi cómoda, la bolsita del establecimiento, con las bragas y el tique dentro. No sabía bien qué podía hacer con unas bragas feas, caras, que no quería, y que siempre me iban a recordar que una chica me trató a patadas sin motivo.
Unos días después pensé, ¡Las voy a devolver! porque aún no había asimilado el hecho de que semejante prenda era objeto de generoso cambio. Y lo hice, y me las devolvieron, aunque tuve que pagar un poco más para canjearlas por una camisita interior. Y tengo los tiques que demuestran, cosa extraordinaria, que en ese establecimiento devuelven las bragas.
¿Quién se las habría puesto antes? Yo no, desde luego, ni antes ni después.
¿Cómo se llama la chica antipática? Da igual, no vale la pena dedicarle un espacio a su nombre.
¿Cómo se llama el establecimiento? "INTIMISSIMI", de la ciudad de Albacete.

sábado, 14 de enero de 2012

ÁNGELA TRIGUEROS. Jóvenes escritores en La Caja de Tusmann

Es fácil ser joven, no hay que hacer nada para serlo, es condición inexcusable en ciertas etapas de la vida. Pero no es fácil ser escritor. Para ello es necesario tener voluntad de serlo y estar dotado de ese punto de creatividad, incluso de genialidad que no todo el mundo es capaz de alcanzar.Por eso llamo la atención de la publicación "Qué ha encontrado el señor Tusmann", en la que se recogen los trabajos de poesía y relato de los ganadores del concurso"La Caja de Tusmann", en una edición digital de marzo de 2011, distribuida, conforme indica en su introducción, "de forma gratuita, solo para el formato e-Pub". Apoyaban una decisión tan difícil de nominar ganadores, en la "calidad literaria y contenido":
"Por calidad literaria aquí entendemos esa capacidad de concentrar en tan pocas páginas, un ejemplo de estilo maduro o que se ha puesto en ruta hacia la madurez. Calidad literaria es para nosotros la capacidad de utilizar, amar, amasar las palabras como (si) fueran la sangre de la materia misma. El contenido viene después y está relacionado y sujeto a la palabra y estilo".
¡Ánimo a estos jóvenes únicos y originales!
Y ¡Gracias a estos editores!
Me ha impresionado el relato de Ángela Trigueros, un proyecto de escritora y guionista cinematográfica, que empieza a recoger frutos. Lo incluyo a continuación, utilizando el regalo público de los editores:
La temperatura del cuerpo
El hombre de la esquina está muerto. Lo sé, aquella mañana lo vi allí tumbado y no respiraba. No lo toqué aunque me mataba la curiosidad saber si estaría tan frío como me imaginaba. Pero al final, la mente morbosa no se coordina con tu cuerpo cobarde, así que ni me acerqué. Siguió allí tumbado, la gente pasaba a su lado sin mirarle. Dicen que son los invisibles de las grandes ciudades, yo creo que no. Nosotros somos los ciegos. Dos días pasaron hasta que otra vagabunda dio la voz de alarma. Efectivamente, estaba helado. Cuando le tocó, las manos le empezaron a temblar y gritó. Nadie la miró. No sólo somos ciegos, sino sordos y carentes de olfato, porque ese cadáver tenía que oler muy mal. Entonces empecé a observarla. Dormía donde estaba él. Comía, donde estaba él. Y da la maldita casualidad que es enfrente de mi ventana.
Seguir leyendo en:

BARCAROLA. Revista de creación literaria.Recordatorio de su nacimiento e infancia.


Barcarola núm. 1.
Barcarola núm. 1, pág. 2.















Acaba de salir publicado el número 77 de la Revista "Barcarola".
El número 1 nacía en Junio de 1979 con gran esfuerzo de los tres fundadores de la misma: Encarnación García de León, Juan Bravo Castillo y Ramón Bello Serrano.
Los tres, junto con los desinteresados colaboradores de la revista (trabajos varios, ilustraciones, maquetación) se esfuerzan para que el número pueda salir adelante con la ayuda económica de algo de publicidad. "Por fin en Albacete, algo huele a azahar"- se afirma con vehemencia en la primera línea con la que se abre el editorial de la revista encabezado con el título "Nacemos". Y así lo creemos todos, ilusionados.
En noviembre del mismo año aparecía el número 2. El equipo de los responsables se amplía con Antonio Torres García. La Excma. Diputación de Albacete colabora eficazmente con su aportación económica.
En abril de 1980 el número 3 acogía algunos nombres más, como puede leerse en las fotos que acompañan este recordatorio.
Este grupo de idealistas vio entonces cumplidos sus deseos y ahora, unos cuantos años después sienten el orgullo y el placer de ver cómo ha crecido y evolucionado aquel "loco proyecto".
Esta semana, el número 77 nace con el nuevo año, 2012.

¡¡Larga vida a Barcarola!!


Núm. 2. Portada
Núm. 2. Pág. 1.
Núm. 2. Pág. 3
Núm. 3. Portada
Núm. 3. Pág. 3.
Núm. 3. Pág. 4.



lunes, 9 de enero de 2012

VILA MATAS: Doctor Pasavento

Actas del XVI Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas: Nuevos caminos del hispanismo. París, del 9 al 13 de julio de 2007. Pierre Civil (coord.) y Françoise Crémoux (coord.) Iberoamericana / Vervuert, 2010.

Contenido: Cuantiosa y provechosa aportación a la bibliografía hispanista. El libro impreso incluye la alocución del presidente de la AIH y el texto de las cinco plenarias. Se acompaña de un CD, que contiene el total de las ponencias presentadas al congreso.


Laberintos entre la ficción y la realidad en Doctor Pasavento de Vila Matas. En Nuevos caminos del Hispanismo, vol.2 (CD-ROM) pág. 159


Docuficción. Enlaces entre ficción y no ficción en la cultura española actual



Docuficción (Sammelband). Enlaces entre ficción y no-ficción en la cultura española actual. Christian von Tschilshke, Dagmar Schemelzer (eds.). Iberoamericana / Vervuert, 2010.
Se lee en la presentación : "Mucho nos indica que se está efectuando una transformación y reevaluación tanto pública como científico-académica del vínculo entre las formas de representación documentales y ficcionales. (...) El tomo presente, en el que participan hispanistas de Alemania. Austria, España, Francia, Canadá y Estados Unidos, toma como punto de partida la tendencia global de mezclar lo ficcional con lo factual para estudiar toda la gama de formas literarias y audiovisuales..."
CONTENIDO:
1.ENTRE DOCUMENTO Y FICCIÓN: EL MODELO DEL CINE
Verena Berger: La re-presentación de la migración en el cine español: documental, docudrama, docuficción. Hartmut Nonnenmacher: Más allá del documental y la ficción. La obra fílmica de Basilio Martín Patino. Mª Jesús Beltrán Brotons: Las huellas de una memoria del sufrimiento. Documento y ficción en el cine de Isabel Coixet. Pietsie Feenstra: Documentos dentro de la ficción: el impacto de la fotografía y la radio como elementos documentales en las películas sobre la infancia en la república española.
2. EPISTEMOLOGÍA, ESTÉTICA Y ÉTICA DE LA DOCUFICCIÓN
Matei Chihaia: Una imagen fuerte: Guernica entre ficción y no-ficción. Julia Nolte: La movida madrileña: documento y ficción de una nueva realidad. Encarnación García de León: Credibilidad del yo en el universo narrativo: Enrique Vila Matas, Javier Cercas, Javier Marías y Antonio Muñoz Molina. Gonzalo Navajas: La transhistoria en la textualidad escrita y visual: Unamuno, Auster, Cercas. Christian von Tschilschke: Docuficción biográfica: Las esquinas del aire (2000) de Juan Manuel de Prada y Soldados de Salamina (2001) de Javier Cercas. Jochen Mecke. Una crítica de la docuficción entre verdad, autenticidad, mentira y ficción o la mentira de las verdades. Enrique Rodrigues-Moure: Eduardo Labarca: política y ficción.
3. AFINIDADES EJEMPLARES: DOCUFICCIÓN Y CULTURA DE LA MEMORIA
Ulrich Winter: De la memoria recuperada a la memoria performativa. Hacia una nueva semántica cultural de la memoria histórica en España a comienzos del siglo XXI. María Teresa Ibáñez Ehrlich: De héroes y realidades: John Dos Passos y Ernest Hemingway en Enterrar a los muertos de Ignacio Martínez de Pisón. Antonia Kienberger: El pasado no cesa de pesar. Reflexiones sobre El vano ayer por Isaac Rosa Camacho. Susanne Zepp: Ficción, no-ficción e historiografía en la novela Sefarad de Antonio Muñoz Molina. Dagmar Schmelzer: Trece rosas rojas: entre mito, historia y suceso real. Un análisis narrativo del libro de divulgación histórica de Carlos Fonseca. Víctor Sevillano Canicio: Del documental del recuerdo a la recreación ficcional de la intrahistoria de los años 60: la serie Los años vividos y Cuéntame cómo pasó de TVE en contraste. Sören Brinkmann: El recuerdo benévolo: causas sociales del éxito mediático de la serie Cuéntame cómo pasó.

Págs. 157-181. Credibilidad del yo en el universo narrativo: Enrique Vila Matas, Javier Cercas, Javier Marías y Antonio Muñoz Molina.

MIGUEL HERNÁNDEZ

Reencuentro de Miguel Hernández y Lope de Vega en "Amargas soledades y horas tristes"

http://www.barcaroladigital.com/BARCAROLA76%20parte1.pdf
Barcarola núm. 76, pp. 91-96
Leer más en:

LUIS CERNUDA

La realidad imaginada: universo sensorial de Cernuda

Barcarola, núm. 63-64, pp. 371-388

“Entender lo que se lee”

“Entender lo que se lee”, en  Textos de Didáctica de la Lengua y la literatura nº 6,  Graó, Barcelona, pp.87-95.
http://textos.grao.com/revistas/textos/006-usos-linguisticos-y-diversidad-sociocultural

En torno a "Maitreya", novela de Severo Sarduy

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Barcarola núm. 3

Transposición del mundo real al fantástico en Cunqueiro, Sánchez Ferlosio, A. Sastre y Ana Mª Moix


BARCAROLA NÚM. 1

Imitaciones de don Quijote en el siglo XVIII

Barcarola, núm. 65-66, pp. 231-242
http://www.barcaroladigital.com/Portadas/sumariosbarcarola/N65-66.pdf

ANTONIO MUÑOZ MOLINA

Teresa Ibáñez Ehrlich (ed.) Los presentes pasados de Antonio Muñoz Molina. Vervuert-Iberoamericana, 2000.
Reúne diez ensayos sobre la obra del escritor andaluz, de categoría internacional y cuyas novelas representan para muchos críticos paradigmáticamente la escritura española posmoderna, sobre todo el marco específico del posfranquismo.
CONTENIDO
MARYSE BERTRAND DE MUÑOZ: Semiología del espacio en Beatus ille de Antonio Muñoz Molina (p. 9)
MªLOURDES COBO NAVAJAS: Mágina desde Úbeda (p. 33)
CLAUDIA EBERLE: La memoria cultural y comunicativa en Beatus ille (p. 59)
ÁNGELES ENCINAR: La realidad de lo fantástico en la narrativa breve de A. MuñozMolina (p.79)
GARCÍA DE LEÓN, ENCARNACIÓN: El intertexto folletinesco, la tradición cervantina y las limitaciones sartrianas del hombre en Los misterios de Madrid. (p. 93)
MARÍA-TERESA IBÁÑEZ EHRLICH: “Jinete en la tormenta”: Música y metáfora (p. 117)
JOSÉ MANUEL LÓPEZ DE ABIADA: Percepciones del 27 en Beatus ille (p. 135)
OLGA LÓPEZ VALERO: Historia y cultura popular en Beltenebros(p. 151)
DOROTHEE NEUMANN: Mujeres en la tormenta: El papel de Mariana en Beatus ille (p.177)
ULRICH WINTER: El cine, la máquina de escribir y el Teatro de la Memoria. Sobre una lógica de la referencia a los medios en Beltenebros (p.197)
BIBLIOGRAFÍA sobre Antonio Muñoz Molina no incluida en Irene Andrés-Suárez (p. 217)

Leer más:
El intertexto folletinesco, la tradición cervantina y las limitaciones sartrianas del hombre en Los misterios de Madrid. E.García de León

RAFAEL CHIRBES. Ensayos













CONTENIDO
PEDRO ALONSO: Contra el ruido y el silencio: los espacios narrativos de la memoria de la posguerra española (p. 11)
ENCARNACIÓN GARCÍA DE LEÓN: El miedo, legado generacional en los personajes de Chirbes (p. 31)
MARÍA-TERESA IBÁÑEZ EHRLICH: Memoria y revolución:el desengaño de una quimera (p. 59)
HANS-JOACHIM LOPE: Los disparos del cazador (1994). Memoria colectiva e ilusiones perdidas en un récit de Rafael Chirbes (p. 81)
AUGUSTA LÓPEZ BERNASOCCHI / JOSÉ MANUEL LÓPEZ DE ABIADA: "Lo que va de ayer a hoy". Hacia una caracterización de los personajes principales de Los viejos amigos, de Rafael Chirbes (p.105)
PILAR MONTERO CURIEL: La ambientación lingüística en Mimoun, de Rafael Chirbes (p.135)
LUIS MORALES OLIVAS: El elemento lírico en la narrativa de Rafael Chirbes (p. 159)
CHRISTIANE MUSKETA: Contra el "miedo a no ser": la determinación y creación de una existencia digna ante la derrota personal y el descontrol político en La larga marcha (p.175)
SABINE SCHMITZ: La caída de Madrid, una novela histórica de Rafael Chirbes o el arte nuevo de cometer un deicidio real(ista)en el siglo XXI (p. 201)
ULRICH WINTER: Adivinación hermenéutica, historia de las mentalidades y autenticidad. Acerca del estilo historiográfico de Rafael Chirbes (p. 235)
Bibliografía sobre Rafael Chirbes (p. 249)

El miedo, legado generacional en los personajes de Chirbes (p. 31). Leer...

viernes, 6 de enero de 2012

Memoria de la transición en la literatura española. Dossier.

http://www.barcaroladigital.com/REVISTA%20BARCAROLA%2071-72%20536%20PAGS-4.pdf

Barcarola núm. 71-72, pp. 243-339

JAVIER MARÍAS

El narrador en Javier Marías: Metáfora de la mirada de un voyeur literario

http://www.barcaroladigital.com/BARCAROLA%2068-69.pdf
Leer en Pág. 393

JAVIER MARÍAS

Javier Marías: mirón, testigo, descriptor y relator de historias
En: Actas del XIV Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas : New York, 16-21 de Julio de 2001 / coord. por Isaías Lerner, Roberto Nival, Alejandro Alonso, Vol. 3, 2004 (Literatura española, siglos XVIII y XX), ISBN 1-58871-048-3
Imagen de portada del libro Actas del XIV Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas : New York, 16-21 de Julio de 2001

Leer más en:
Javier Marías: mirón, testigo, descriptor y relator de historias, págs. 221-229

El último viaje: el mito del más allá




  • Artículo incluido en:
    Héroes, mitos y monstruos en la literatura española contemporánea / coord. por Fidel López Criado, 2009, ISBN 978-84-88408-513-, págs. 339-346


    El final de la vida, el tránsito hacia el más allá, ha dado pie a un mito que persiste en la tradición hasta el presente, mostrándolo desde distintas perspectivas. La religión vitalista de los griegos presenta al dios Hades reinando en el mundo subterráneo, al que se accedía en la barca que Caronte conducía a través de la Laguna Estigia[1]. El Hades griego, el Infierno cristiano, el Inframundo de los mayas (Popol Vuh), son variables del mito.
    A comienzos del siglo XX, la muerte es un tabú, más en las zonas urbanas e industrializadas que en las rurales, y por ello surgen eufemismos que nombran lo innombrable: cementerios que se llaman “los Prados Susurrantes”, muertos que se maquillan para conseguir en ellos “La Radiante Sonrisa” (en Los seres queridos de Evelyn Waugh). De nuevo resurge la esperanza en una vida “más allá de la vida” y hay una vuelta a la tradición del viaje grecolatino o del paraíso cristiano. Paradójicamente, la racionalidad de la modernidad nos lleva a un mundo abandonado por Dios y centra la búsqueda en el subconsciente colectivo en el que habitan seres imaginarios y extrañas historias de metamorfosis. Articulamos la presencia del mito en cuatro pilares: la ceremonia del viaje, el mito de la redención, la metamorfosis, el lamento por el paraíso perdido.
    Ceremonia del viaje
    La tendencia a la presencia del mito grecolatino es muy perceptible en los poetas culturalistas. En el poema de Luis Antonio de Villena, “El paso de la laguna Estigia” (Villena, 1984) se describe el lugar, -“Era el aire melancólico y sombrío, / y lo cruzaban pájaros de color ceniza”-, se describe el mítico barquero, -en la orilla esperaba “un viejo desnudo, con crespa barba blanca”- y se describen las sensaciones nunca antes sentidas del personaje que camina hacia la barca que le espera: “No puedo decir que sufriera exactamente, / era una sucesión de agobio, pesadumbre, angustia, / como queriendo llorar y sintiéndote solo”. Lo que espera al otro lado, se intuye, apenas se distingue “otro bosque, y una ignota claridad desconocida”.
    El poeta se apropia de un espacio cultural clásico y lo reinventa. Aunque explícitamente no presente al personaje muerto, puede el lector presentirlo por la soledad en la que se encuentra el yo poético, por la pregunta que le hace al barquero, “¿qué debí haber hecho?”, por el gesto de éste, mostrándole la barca y exclamando “Esta es la única verdad”, por la sensación de “blando frío en los pies” cuando se moja al subir a la barca, y por la mención de “un raro sol, como violeta y rojo” del que el viajero no siente su calor.
    Otro poeta, Antonio Martínez Sarrión, en sus casi trescientos versos que componen Cantil (1995), observa el cuadro de Böcklin, “La isla de los muertos”[2], que reproduce a Caronte conduciendo en su barca a un difunto hacia un islote, el corazón del Hades. El pintor utiliza elementos narrativos cuidadosamente elegidos, que alejan a la pintura de los elementos figurativos tradicionales, o los dota de una carga sugestiva, coincidente en su representación con los elementos narrativos verbales del poeta. Primero nos descubre el paisaje general, un “cielo en tempestad”, “un islote al que sin tregua baten, / bajo bloques basálticos, las incesantes olas / y coronan en vuelo aves de pluma oscura / y agorero chillido”, “altos cipreses”, “la boca de una cárcava oscura”, etc., en conjunto un paisaje que rezuma melancolía. Y en el centro la barca “de un verdino color”, el barquero “empuñando dos bien cortados remos”, el muerto, de pie, “con recogido gesto, / envuelto en un sudario blanco como la cal”. Y el camino que siguen hacia el Hades; la barca “enfila la severa entrada del recinto / -dos paralelepípedos de poderosa fábrica / rematados por sendas y bruñidas esfinges- / anegada del todo por las linfas oscuras”.
    Queda sin explicar, siempre, un elemento que se desconoce, y que dota a los mitos del rasgo de “interminables” con que Levi-Strauss los caracterizó. Nos referimos al desconocido final del camino recorrido por estas sombras a través de las oscuras aguas. El poeta recrea la realidad del cuadro, que a su vez es una recreación, una modificación de la realidad de una metáfora mitológica que la tradición ha mantenido viva hasta el siglo XX. Repeticiones, variaciones, ecos de ecos, están presentes en el proceso creativo.
    Martínez Sarrión añade un matiz irónico al mito, al final, proponiendo una nueva relación entre barquero y difunto, a quienes imagina “en la mar abierta, turnándose a los remos / compartirán merienda y botella de vino”. Con esta suave ironía parece aliviar el peso del miedo a lo desconocido que tanto en el cuadro como en el poema produce el viaje.
    El mito no permite el paso a los vivos, salvo extraordinarias excepciones, como en la Eneida[3], cuando Eneas y la Sibila se acercan a la orilla y el mítico barquero, enojado, les increpa, “esta es la mansión de las sombras, del sueño y de la soporífera noche; no me es permitido llevar a los vivos en la barca Estigia”. El poeta José Ángel Valente, retoma la referencia explícita de que el paso solo es permitido a los muertos y no hay retorno. Entabla conversación con el barquero en el poema “Tres canciones de barcas”: “Al barquero de este río / dije: -Vámonos; / barquero, / dame la mano. /Dijo el barquero: -Quien pasa / no regresa de este paso./ Dije: -Barquero, / vámonos.”
    Recordamos cómo Antonio Machado asume el mito en su Retrato (vv.33-36), cuando cita “la nave que nunca ha de tornar”, con ese trasfondo cultural que marca el viaje sin retorno de la barca de Caronte. También en el poema CLXXII, “Recuerdos de sueño, fiebre y duermevela” se dirige directamente al barquero: “-¿Tú eres Caronte, el fúnebre viajero?” (v. 5), e incluye una cualidad de poderoso significado, “Esa barba limosa...” (v. 6). Caronte y el poeta continúan: “-¿Y tú, bergante?” “-Un fúnebre aspirante / de tu negra barcaza a pasajero, / que al lago irrebogable se aproxima”. Con un adjetivo vuelve a describir la barba en “Fragmento de pesadilla. La España en un futuro próximo”, cuento de Los Complementarios: “-Esa barba verdosa... Sí, V. es Caronte.” (p. 33). Y en el poema CLXIV, un soneto de elogio a don Ramón del Valle Inclán, a quien identifica con el barquero: “...tú, Caronte / de ojos de llama, el fúnebre barquero / de las revueltas aguas de Aqueronte. (vv. 1-4). Estas referencia machadianas nos remiten a otra interesante presentación del barquero, la que hace Dante en su Divina Comedia[4] .
    J.A. Valente da por obvia la oscuridad de las aguas, por eso le dice al barquero que sabe nadar aunque el mar “alto y oscuro sea”, con esa reminiscencia quevedesca[5], en la segunda canción de barca. Y en la tercera sigue con el mito grecolatino, recordando la obligación de pagar al barquero una moneda para subir en la “barca del frío”: “quien no da moneda viva / sin barca queda en la orilla”. La moneda viva es la propia vida, algo más valioso que el óbolo que cobraba Caronte, moneda de ínfimo valor que se ponía en la boca de los muertos para este viaje. Una vez más varían los detalles, pero persisten los contenidos universales, míticos y arquetípicos.
    El mito se expande incluso a otros géneros literarios como el teatro. La peregrina de La dama de alba de Alejandro Casona, toma la mano de Angélica y le dice “prepara tu mejor sonrisa para el viaje (...) Yo pasaré tu barca a la otra orilla” (final del acto cuarto). Ha cambiado la fisonomía del barquero; se presenta en la casa pidiendo cobijo, con aspecto de peregrina, y en la acotación la presenta el dramaturgo como una mujer de “rostro hermoso y pálido, con una sonrisa tranquila” (p. 68), y los personajes comentan, “¡qué hermosa es!”, “¡parece una reina de cuento!” (p. 69) Es una muerte consoladora y bondadosa, que lamenta que sobre ella haya caído la pesada carga del inexorable destino: “¿Comprendes ahora lo amargo de mi destino? Presenciar todos los dolores sin poder llorar... Tener todos los sentimientos de una mujer sin poder usar ninguno... ¡Y estar condenada a matar siempre, siempre, sin poder nunca morir!” (p. 90).
    En todos los textos se repiten unos principios formales de composición: la laguna o el río, de aguas sombrías, la barca de Caronte que traslada a los viajeros (muertos) a la otra orilla, un guía (el barquero Caronte), un destino incierto sin retorno.
    “El tilo”, relato[6] de Luis Mateo Díez, presenta otra ceremonia distinta de muerte. La muerte, esta vez representada por un forastero llamado Mortal, llega al pueblo de Cimares. Toma como mensajero a un niño para buscar el “viejo más viejo” del lugar. Mientras espera contrariado, al viejo Arcino dando vueltas a un enorme tilo en la entrada del pueblo, hace una disertación sobre las edades del hombre rompiendo el arquetipo de que la infancia es la edad más feliz, “lo que menos vale de la edad de un hombre es la infancia porque es lo primero que se acaba”. Cuando llega el viejo, el forastero le pide un abrazo, “¿sería usted capaz de abrazarme”, el viejo Arcino, ignorante, accede a ese “abrazo de la muerte” que le susurra al oído su final. Lo curioso de esta recreación del mito es la queja de Arcino, no por morir, sino por el engaño que ha utilizado Mortal: “No me quejo de que hayas venido a por mí, me conduelo del engaño con que lo hiciste, y de ver correr asustado a ese pobre niño”. Esto, y la intervención del niño-mensajero son elementos no tradicionales en la representación de la ceremonia de la muerte.
    En otro microrrelato, “El sicario”, el asesino mata a su víctima quien le dice al sentir el puñal, “te esperaba”; y más curioso es cómo, remitida en la fecha del asesinato, le llega al sicario una carta en la que se lee: “Te perdono por lo que vas a hacer, pero te maldigo por lo mal que lo has hecho. Un muerto que cuesta tres muertes no es un muerto inocente. Además de matarme me has hecho sentir culpable y profundamente desgraciado. (Díez, 2002). En esta imprecación a la muerte hay un reproche, el mismo que leíamos en el cuento anterior. En la percepción premonitoria de la víctima, ausente en la tradición cultural del rito de la muerte hay una nueva recreación del mito.
    En la novela de Luis Mateo Díez, El diablo meridiano, hay una representación de la Laguna Estigia como espejo de la muerte. Leemos en el fragmento titulado “El sueño de la niña ahogada”:
    El sueño dura lo que el viaje a la profundidad. Cae el cuerpo, flota indeciso, se sumerge. Este es un mundo de oscuridad y verdor, de cristal y liquen. Cierro los ojos (…), pero curiosamente (…), veo como si los tuviera abiertos. Veo y siento con igual intensidad, el cristal, el liquen, el lecho donde enseguida reposará con esa quietud que sobreviene cuando ya el agua es lo único que existe. (Díez, 2001: 118)
    Otro interesante narrador, Antonio Muñoz Molina, retoma el mito en el relato Las aguas del olvido, desde el propio título, hasta la recreación intertextual de su contenido. La primera anécdota relevante es la del perro, Saúl, que cruza el río, persiguiendo algo que su dueño ha lanzado cerca de la otra orilla, y cuando sale del agua está desorientado, extraviado; la segunda anécdota es la de sirvienta a quien descubren volviendo a nado de la otra orilla del río, donde se ha encontrado con un hombre y a partir de ese momento, “empezó a olvidársele todo, estaría drogada, yo qué sé. Le pedí que preparara un lunch y se puso a fregar platos que no estaban sucios” (Muñoz Molina, 1993: 85). Por fin, Márquez, el marido celoso de Charlie que juega al tenis con su mujer, además de ser su amante, encuentra el modo de deshacerse de él, lanzando una pelota de tenis al otro lado del río que inevitablemente cruza Charlie, y regresa a su vuelta dejando atrás su memoria, y a su amada sin despedirse siquiera. El propio Márquez, consciente y despidiéndose con la mano desde la orilla del río, se dispone a partir de su aburrida vida, cruzando a nado el río, a sabiendas de que a su regreso, su vida habrá desaparecido. El río, de nombre Guadalete, es la clave del relato, al identificar su etimología con la del río Leteo, “el río del olvido, porque era la frontera entre el reino de los vivos y el de los muertos. Quien lo cruza pierde la memoria”. (Muñoz Molina, 1993: 90)

    (Seguir leyendo en el libro citado al comienzo)

    [1] El dios Hades da su nombre al reino de los muertos. En él estaba la Laguna Estigia, que era cruzada por el barquero Caronte previo pago de un óbolo. Luego se pasaban el río Periflegetonte (“el río que está rodeado de llamas”), el Cocito (“río de las lamentaciones”), el Leteo (“río del olvido”). Una vez atravesado este, sin recuerdos de la vida terrenal, se llegaba a la pradera de Asfódelo, donde las almas vivían sin pena ni gloria. De ahí se iba al Elíseo o Isla de los Bienaventurados (especie de paraíso) o al Tártaro (castigo para los malos).
    [2] Obra que el pintor suizo (1827-1901) creó durante su estancia en Weimar, ciudad donde fue profesor de paisaje en la Escuela de Bellas Artes (1860).
    [3] Virgilio. Libro VI.
    [4] Ed ecco verso noi venir per nave /un vecchio, bianco per antico pelo, / gridando: “Guai a voi, anime prave!”. (C. III)
    [5] “Nadar sabe mi llama la agua fría / y perder el respeto a ley severa”
    [6] Hay dos versiones del mismo: una, el microrrelato titulado “Mortal” (en Los males menores, 2002). Otra, más amplia, “El tilo”, (en El árbol de los cuentos, 2006)
    (Fin del apartado 1. Continúa: 2. El mito de la redención, 3. Metamorfosis, 4. El edén perdido)

VILA MATAS

Laberintos entre la ficción y la realidad en Doctor Pasavento de Vila Matas. En Actas del XVI Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas: Nuevos caminos del hispanismo... París, del 9 al 13 de julio de 2007 / coord. por Pierre Civil, Françoise Crémoux, Vol. 2, 2010 ([CD-ROM]), ISBN 978-84-8489-539-8, pág. 159

RAFAEL CHIRBES

La memoria, una forma de intemperie en Los viejos amigos de Rafael Chirbes .
Barcarola: revista de creación literaria, Texto Completo Ejemplar
Nº. 71-72, 2008, págs. 327-338

Leer más en:

La Mancha: un tópico literario

La Mancha: un tópico literario. Brosquil Ediciones, S.L

Capítulo 1: DELIMITACIÓN DE LA MANCHA: proceso histórico de formación de la región castellano-manchega. Geografía actual de La Mancha. Geografía literaria de La Mancha.
Capítulo 2: MIRADA LITERARIA AL PAISAJE MANCHEGO: Crónicas de viajeros. Rutas literarias. La llanura:espacio literario genérico. Guerra, posguerra y emigración.
Capítulo 3: EL HOMBRE Y LA MUJER MANCHEGA: Carácter y personalidad desde la literatura. Movimientos migratorios. Identidad entre hombre y naturaleza.
Capítulo 4: ESPACIO LITERARIO DE LAS CAPITALES MANCHEGAS
Capítulo 5: LUGARES CONCRETOS DEL PAISAJE MANCHEGO: Ventas, posadas, mesones, fondas. Casas, calles, plazas. Molinos de viento. Batán. Cueva de Montesinos. Parques.
Capítulo 6: COSTUMBRES DE LA GENTE MANCHEGA: Datos materiales: medios de subsistencia, labores del campo, estaciones, indumentaria. Datos sociológicos: costumbres funerarias, ofrendas, boda, caza, corridas de toros, comediantes, compras, juegos infantiles, feria. Datos familiares: gastronomía, medio de transporte, onomásticas.
Bibliografía

DESCRIPCIÓN LITERARIA





Un espacio propio para la descripción literaria

Un espacio propio para la descripción literaria

Este trabajo presenta una reflexión sobre las técnicas descriptivas, desarrollada mediante una exposición progresiva de dichos procedimientos e ilustrando cada apartado con textos adecuados. Viene a completar a este libro una extensa página web, en la que se elabora una Historia de la Literatura Española, desde la Edad Media hasta nuestros días, teniendo en cuenta exclusivamente los parámetros descriptivos, acompañada por los consiguientes fragmentos de textos y agrupada cronológicamente y por géneros, para facilitar su uso didáctico.
192 págs.
Colección: Nuevos instrumentos
Octaedro, Barcelona


http://www.octaedro.com/OCTart.asp?libro=31017&id=es&txt=Un%20espacio%20propio%20para%20la%20descripci%F3n%20literaria

Índice:
Presentación
1. Describiendo personajes: Procedimientos descriptivos aplicados a los textos. Descripción de personajes en textos narrativos, en textos poéticos y en textos dramáticos. 
2. Describiendo lugares: Descripción de espacios en textos narrativos, en textos poéticos y en textos dramáticos. Orden y perspectiva en la descripción de espacios. Espacios imaginarios. Libros de viajes.
3.Describiendo ambientes y costumbres
4. Describiendo objetos
5. Describiendo efectos de la naturaleza
6. Describiendo sentimientos y sensaciones
7. Ejercitando distintos sentidos: Vista. Olfato. Gusto. Oído. Tacto.

Literatura periodística o Periodismo literario

http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/13/aih_13_4_039.pdf

VOLTAIRE: Micromegas

Intertextualidad en un relato de Voltaire: Micromegas. En Anuario de Estudios Filológicos, XX. Universidad de Extremadura, 1997. págs. 129-143
http://dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=58902&orden=0

http://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/58902.pdf

"Poemas y Relatos manchegos", un libro que cumple dos años.


ÍNDICE DE CONTENIDOS
  1. INTRODUCCIÓN.
Delimitación geográfica de La Mancha 
Geografía y literatura de La Mancha
La llanura como espacio literario.

2. POEMAS MANCHEGOS
Romance de Montesinos
Romance de Rosaflorida
Romance de Fontefrida
Francisco de Quevedo. Itinerario de Madrid a su torre
Carlos de Praves. Romance
Romance del Pernales
Antonio Machado. La mujer manchega
Juan José García Carbonell. La navaja
Ángel Crespo. Carretera general
Ismael Belmonte. Esto es La Mancha y Ser manchego
Eladio Cabañero. La Mancha al solEl cielo aquel pintado con tizas de colores
Antonio Martínez Sarrión. Nochebueno
Andrés García Cerdán. Calle abajo y Esquinas

3. RELATOS MANCHEGOS
Vicente Blasco Ibáñez. El parásito del tren.
José S. Serna. ... Y la luna se escondió tras sí
Enrique García Solana. Pasaconsol.
Ubaldo G. Visier, ed. La patente
Tomás Osorio. La penúltima encina de Júpiter en la Mancha
Miguel Ángel Alonso Tur. Albacete tiene dos lunas

4. LEYENDAS MANCHEGAS
Las brujas garbosas
Leyendas de la tía Celestina
Un vampiro en Huélamo
El castillo de Rochafrida
La parricida
El santo niño de La Guardia
Un castillo maldito

5. PROPUESTA DE ACTIVIDADES
6. PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS
7. BIBLIOGRAFÍA