domingo, 15 de noviembre de 2015

Isaac Rosa. La mano invisible. Reseña

Una novela social e ideológica
"El compromiso en la escritura pasa por escribir feo de lo feo"-afirma Marta Sanz. Acostumbrados la literatura de consumo, saltan las alarmas de nuestro cerebro cuando nos encontramos con una novela que podemos denominar "social", comprometida, ideológica, una novela en la que los colores no combinan. Se trata de La mano invisible de Isaac Rosa (Seix Barral, Barcelona, 2011).
Parece ser que el título es eco de la ideología de la novela. La metáfora de la "mano invisible" fue acuñada por Adam Smith, filósofo escocés, a mediados del siglo XVIII, haciendo referencia a la vida económica de una comunidad guiada por una especie de poder imperceptible que impulsa a conseguir su beneficio particular actuando de una manera conveniente para todos; se logra pues, una identificación entre el interés individual y el bienestar social.
En la novela de Isaac Rosa  hay una mano invisible: es la que está detrás de todo el espectáculo que se ofrece en una nave ante un público que observa cómo trabajan un albañil que construye con precisión un muro para destrozarlo con una maza cuando termina y vuelve a empezar su construcción, un carnicero que despieza sin pausa, uno tras otro, animales que le traen del matadero,  una costurera que borda inútilmente metros y metros de tela que irán a la basura, una teleoperadora que repite sin cesar una absurda encuesta, etc. 
De todos estos trabajadores nada sabemos, ni siquiera su nombre. El planteamiento gira en torno a la duda de si esto es trabajo o es espectáculo porque no es un trabajo productivo, mas bien parece la representación de un papel. ¿No es esto un trabajo?- se preguntan los trabajadores, a través de cuyos pensamientos sabemos del impacto social que ha producido este proyecto de reunir en una nave industrial a varios trabajadores con la finalidad de que la gente pueda contemplar la rutina de su trabajo, que se va dificultando a medida que esa mano invisible recorta el tiempo y aumenta los objetivos de producción.
Los personajes, además de trabajar reflexionan sobre su oficio y de este modo el lector penetra en los pensamientos profundos de cada uno de ellos. Utilizando un estilo indirecto libre, se insertan en la voz del narrador las voces y pensamientos de cada uno, enhebrados con gran precisión en un estilo repetitivo, que reproduce el trabajo rutinario que realizan. Es un estilo narrativo en el que hay un perfecto maridaje entre lo que se cuenta y el modo de contarlo, "porque su brutalidad o su monotonía parecen señalar un límite a la narratividad, (¿cómo contar algo allí donde no hay nadie, donde cada uno deja de ser alguien?)"(p.269). Trata del trabajo en sí mismo, trabajo que el público que lo observa no acaba de entender: "a mí me ha gustado, yo no entiendo de qué va esto, a mí me parece que no trabajan de verdad, deben ser actores, vaya tomadura de pelo venir hasta aquí para esto, no te quejes que por lo menos no cobran entrada, solo faltaría" (p. 71). Es un novedoso diálogo en el que el autor enlaza una opinión con otra, con gran habilidad. 
Y eso que la rutina del trabajo descrito podía arrastrar a una narración rutinaria y monótona, cuestión que el autor ha conseguido superar. La precisión en la enumeración de las piezas del motor que monta y desmonta uno de los personajes o la denominación de cada una de las partes del animal descuartizado, etc., son de una exactitud libresca. Y alguno de los recuerdos de este carnicero por ejemplo, de su trabajo anterior en el matadero o en las visitas a las naves donde crían cerdos, son de un brutal expresionismo. En defensa de estos eslabones tan bajos en la cadena del trabajo, sale el propio personaje argumentando que en la cadena solo hay que hacer lo que toca en cada puesto y en cada momento.
Los sinónimos son una buena baza para evitar la monotonía. "Teatro, circo, arte, experimento, broma"(p.73) son las definiciones que de golpe leemos para entender la opinión del público que observa. A través de ellos se multiplica la crítica social, insistiendo en la denominación coloquial de quien representa este modo de trabajar duro, deprisa y con intensidad inútil: es un "trabajador basura, trabajador de usar y tirar o trabajador de mierda" (p.78). Los asistentes al espectáculo "no callan, comentan, gritan, silban, chistan" (p.178), leemos en una enumeración recopiladora. O nos descubre un catálogo de apelativos para llamar al camarero que ocupa un pequeño lugar a un lado y sirve cafés a destajo: "jefe, chaval, socio, niño, monstruo, campeón, capitán, colega, chico, nene" (p.192). En suma, es un planteamiento narrativo innovador y sorprendente, aunque su lectura sea difícil e incluso en ocasiones implacable.
Es una novela social que reflexiona sobre el propio trabajo, sobre la precariedad laboral. Enfrenta lo que ocurre en el escenario con esas palabras vacuas que se publican en el periódico: "la estética del trabajo", "la belleza del esfuerzo", "la sinfonía del trabajo humano". El vigilante de seguridad, cuyo trabajo no es expuesto al público es capaz de desmontar la idea de que el trabajo ennoblece y dignifica al ser humano porque todos los que allí trabajaban no estaban "por realizarse como personas, ganar una identidad, participar en sociedad, contribuir al desarrollo, aportar cada uno según su capacidad para recibir según su necesidad, aprender, crecer, sentirse pleno, encontrar su lugar en el mundo" que eran las ideas que les habían imbuido, sino que estaban "por dinero". Es una apología de la explotación. "Escúchame, mamá," -dice la costurera- "estoy harta de tus refranes, y sobre todo estoy harta de tu viejo cuento de la dignidad del trabajo, la decencia del trabajo, la felicidad del trabajo, porque yo no he conocido nada de eso" (p.157)
Los trabajadores sienten una rebeldía interna que les lleva a cuestionarse la expresión "trabajar lo justo" referido a las ocho horas de jornada laboral,  a preguntarse acerca del significado de "vivir dignamente", etc. Se cuestiona la moral que ensalza la laboriosidad y condena la ociosidad, porque no es fácil asimilar  cómo es posible "entregar a cambio de un sueldo nuestro tiempo, nuestro esfuerzo, nuestro cansancio, nuestra atención, nuestra inteligencia, nuestro talento, nuestras emociones, nuestras habilidades sociales, nuestra salud, nuestro dolor, nuestro malestar" (p.224)
Estamos ante una novela que podríamos denominar ideológica, una novela que fractura contenidos y técnicas narrativas al uso. Nos necesario estar de acuerdo con las ideas aquí planteadas, pero nos da qué pensar. Si el autor no quiere entretener al lector sino que aspira a producir inquietud, a ponerle en una encrucijada de conocimiento y reflexión sobre la realidad, "necesita un lector exigente, esforzado, participativo; un lector con el que entablar una conversación" (Marta Sanz. No tan incendiario). Es un modo de escribir que nos lleva directamente a la última novela (última mientras no se publique a título póstumo la que dejó escrita) de Chirbes, En la orilla. Es necesario formular preguntas aunque no haya respuestas. 

domingo, 1 de noviembre de 2015

A jujarr. Nuevo programa de radio


Sean bienvenidos los nuevos proyectos, proyectos jóvenes, frescos y repletos de buenas ideas tratadas  con un importante sentido del humor. Así es "A jujarr" que  se emite en Onda Polígono FM- 107.3 todos los domingos de 20h a 20'30h.
(Ver también Onda polígono.es o descargar el podcast en http://www.ivoox.com)
Hoy, 1 de noviembre ya hemos podido escuchar el tercer programa. Han desaparecido los nervios del primero y los tres protagonistas están bastante relajados. 
Presenta el programa y lo conduce Rayuelas, Rayito, Rayo, acompañado de la experta en cine Umma Lumman y del Sr. Travis (el 6º Beattle)
El programa comienza con un tema original al que dedica la primera composición musical y el concurso final. La acción de los Hermanos Alcázar ante el cierre del establecimiento de discos "Madrid Rock", sito en la Gran Vía de Madrid, guardianes de la cultura musical cuyo negocio fue hundido por la piratería, fue el tema del primer programa. La figura de Mágico González, famoso futbolista bohemio, indisciplinado y fiestero, mago del balón, fue el tema del segundo programa. Le dedican, con extraordinario humor, una divertida canción: "Qué pasa contigo tío… Es que me paso el día de juerga, toda la noche sin descansar…". Para el tercer programa eligen la serie de ciencia ficción "Expediente X" (cadena Fox, 1990), con nueve temporadas de popularidad.
La segunda parte del programa está en manos de Umma Lumman, la experta en cine, sección que titula "Cine en paralelo". Hace interesantes reflexiones acerca de ese cine de difusión limitada, en circuitos que se alejan de lo comercial, cine de géneros híbridos. Así escuchamos su opinión acerca de la experimentación en el cine que ahora denominan indie, como "Boyhood", experiencia del paso del tiempo, en el primer programa. En el segundo aborda el Nuevo Cine Musical y nos acerca a la película "Alabama Monroe" que cuenta una historia triste sin teatralidad y cómo la música se integra en la vida. En la tercera emisión nos acerca a la "Comedia Salvaje", y al humor negro, salvaje y violento con que se retrata a la sociedad americana en la película "God bless America", cuya traducción al español,"Armados y cabreados", es ciertamente extraña.
Termina esta sección con una canción de las bandas sonoras de cada una de ellas.
La tercera parte del programa se dedica a temas variados y todos ellos originales: la poesía pop de Dante Alarido, poeta incendiario y salvaje que recita una de sus composiciones. Una revisión de los cuentos clásicos en la que escuchamos un cuento dramatizado y una conclusión en clave de humor. 
Y una reflexión acerca de las insistentes preguntas sobre el por qué de las cosas, con ejemplos originales y divertidas respuestas.
La cuarta sección corresponde al Señor Travis quien presenta "Música de etiqueta". Hace referencia a esa música que se puede reconocer pero no es exactamente comercial. El electro pop de Kavinsky y su composición "Night call" en el primer programa. Regina Spektor y su "Fidelity" en el segundo y el grupo español Supersubmarina y la canción "Viento de cara" en el tercero.
Por fin la última sección la ocupa un Concurso, "El que pierde paga", con 5 preguntas acerca del tema con el que se abre el programa (los Hermanos Alcázar, Mágico González y Expediente X). Se enfrentan dos equipos y el que pierde aporta su contribución de 1 € que destinarán a una buena obra.
El programa termina con una surrealista frase de despedida. Dice Rayuelas:
"Las naranjas son grandes; las pequeñas no tanto"
¡¡ENHORABUENA y ÁNIMO!!