Quiero hacer una pequeña reflexión acerca de los refranes. No hay en los refranes verdades de carácter universal, solo son fórmulas que nos ayudan a entender el mundo de determinados individuos, por tanto se puede disentir de ellos.
Pero por otra parte no podemos negar su función de evaluación de conductas, que como tales, son cuestionables, unas veces sensatas, otras cínicas, pero siempre retratan una filosofía de vida personal, casi un juicio moral y por ello son respetables.
De cualquier manera, el hecho de que sean expresiones fijas, breves, sentenciosas e incluso en ocasiones ingeniosas, es la razón por la que se utilizan como recurso expresivo fácil. En esta noche calurosa, traigo a colación un refrán que hace honor a la relatividad de la comprensión cotidiana de la vida, y dice así:
Quien hace agravios, escríbelos en el agua;
quien los recibe, en el corazón los graba.
quien los recibe, en el corazón los graba.
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