Cuando mis ojos se sequen
tomaré una lágrima de los tuyos
y la dejaré posar sobre ellos.
Cuando este dolor que escuece
ya no ascienda hasta mis labios,
recogeré mi mueca en tu sonrisa.
La marea enfriará mi sangre.
Dejaré mi corazón entre las olas,
a salvo de necrófagos.
Lady Godiva
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