Los cuentos populares y su evolución a cuentos infantiles
Es de
todos conocido el cuento de “La Bella
Durmiente”: un hada, no invitada al nacimiento de una princesa, le regala
una maldición: cuando cumpla 16 años se pinchará con el huso de una rueca y
entrará en un sueño profundo del que solo despertará con el beso del príncipe
que se enamore de su belleza. Todo sucede del modo previsto y hay un feliz
desenlace.
Curiosamente
existe una primera versión en 1634 (en napolitano, después traducida al
italiano), procedente de la tradición oral, con el título “Sol, Luna y Talía”, escrita en Italia por Giambattista Basile, recogida
junto a otros relatos con el título Pentameron.
Esta primera versión difiere bastante de la historia que nos ha llegado a
nosotros.
El
comienzo es parecido: sabios y astrólogos del reino advierten al rey del
peligro que corre su hija Talía (del griego Thaleia,
"florecimiento) de pincharse con una astilla envenenada
oculta entre lino. El rey prohíbe la entrada de lino a palacio y el uso de la
rueca pero nada impide que la adolescente princesa encuentre una rueca para
hilar y se clava una astilla bajo la uña, cayendo muerta. El rey, hundido por
el dolor, es incapaz de enterrarla. Coloca a su hija sobre una tela de terciopelo
y abandona el palacio cerrándolo a cal y canto.
El
desenlace de la historia varía notablemente. Es un noble quien, siguiendo a su
halcón en una jornada de caza, llega hasta donde yace la princesa. Queda
impactado por su belleza e intenta despertarla, la besa y aún más, mantiene
relaciones sexuales con la bella durmiente. El resultado es que nueve meses
después, la princesa Talía da a luz a dos gemelos, Sol y Luna, a quienes cuidan
las hadas. Cierto día, el niño, buscando el pezón de su madre, se engancha a su
dedo y al succionar extrae la astilla que la envenenó. La princesa despierta
descubriendo que había sido violada y tenía dos hijos. Habían transcurrido unos
cien años.
El
noble, que no puede olvidarla, regresa cierto día y, al encontrar despierta a
Talía y a dos niños, comprende lo ocurrido y así se lo explica a la princesa
quien lo perdona y pasan una semana de encendido amor.
Pasado
este tiempo, ha de regresar con su esposa quien descubre lo ocurrido porque su
marido habla en sueños y envía a por los tres con la intención de quemar a
Talía en la hoguera y servir a su marido a los niños cocinados. No llegan a
término estos malvados planes y es la esposa quien arde en la hoguera. El noble
se casa con la princesa Talía.
Esta
primera versión de Giambattista Basile, es
dulcificada por Perrault (1697) quien eliminó al noble violador sustituyéndolo
por un apuesto príncipe que despertaría a la princesa (que en esta versión no
tiene nombre propio) con un beso de amor y se casaría con ella teniendo, de este
enlace, dos hijas. El cuento de Perrault se tituló “La bella del bosque durmiente ” (recogida en Los cuentos de mamá Gansa, 1697).
Los Hermanos Grimm aún la dulcificaron más y la
convirtieron en un cuento infantil con el título Rosita
de Espino o La Bella durmiente del bosque
(recogido en Cuentos de la infancia y el hogar, 1812). Rosita de espino
es el nombre propio de la princesa en esta versión.
La versión cinematográfica de Walt Disney (1959)
popularizó la historia dulcificada, con muchas modificaciones: los padres de la
princesa y el padre viudo del príncipe habían planificado con anterioridad el
matrimonio de sus hijos para mantener buena relación entre los dos reinos. La
princesa no duerme cien años. Las hadas buenas (Flora, Fauna y Primavera) ocultan
y la cuidan en la Cabaña del Leñador para protegerla del maleficio del hada
malvada que vive en un castillo siniestro, la Montaña Prohibida.
En 2014 se estrena la película titulada Maléfica
cuyo título hace referencia al nombre del hada malvada (protagonizada por
Angelina Jolie), basada en las versiones de Perrault y los Hermanos Grimm. Es
una historia centrada sobre todo en la vida del hada. Lo más notable es la
nueva versión del desenlace de la historia de la bella durmiente. El beso del
príncipe no despierta a la princesa Aurora (en esta versión) sino que es un
beso de “amor verdadero”, el de Maléfica, que ha estado pendiente de Aurora
hasta sus 16 años, protegiéndola (a escondidas de Clavelina, Fronda y Violeta,
las tres hadas buenas que la cuidan) e intentando inútilmente evitar el
cumplimiento de su propia maldición que había intentado revocar, al darse
cuenta del amor que había arraigado en su corazón hacia la princesa, a través
de los años.
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