Han proliferado tanto los carteles indicando que alguien ha estado en el lugar de cuyas paredes cuelgan, que resulta curioso cuando se lee lo contrario. Los locales alternativos son así. La negación rompe irónicamente con la frase hecha y extendida como una muletilla, un tópico repetido hasta la saciedad en tantos lugares que, para creerlo, habría que creer en poderes de bilocación del escritor, por los que podría estar en dos lugares de manera simultánea. El nombre del escritor, que es un imán para el público, ejerce semejante función en los carteles en los que se afirma que "no estuvo allí", como en los que afirman su presencia, porque quienes se fijan en estos detalles, saben que tal vez ni pisara el establecimiento.
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